domingo, 10 de febrero de 2013

EUROVEGAS, NUESTRA ESPERANZA


     Después del hundimiento generalizado de la economía y de los pilares que la sustentan, ya aparece en el horizonte Esperanza, la adalid que representa la catarsis que nos traerá la recuperación moral y económica, la limpieza de la democracia, la desaparición de la corrupción y el advenimiento de una arcadia llena de progreso y felicidad. Esta valiente adalid acude políticamente muerta cual Cid Campeador a la liberalización total del territorio nacional de filibusteros, corruptos y segregacionistas de la patria.

     De ahora en adelante ya se pregona que la solución es que la libertad absoluta, para todo lo que resulte conveniente a los intereses del poder y del dinero, es lo que alimentará el progreso hasta conseguir sacar de la indigencia a los afectados por la crisis. Negocios de todo tipo florecerán a lo largo de la geografía nacional sin las ataduras y control de la Administración, el mercado se autoregulará el sólo mediante la competencia y sin subvenciones del Estado. Por fin los españoles demostrarán lo que es un país adelantado, que pondrá su ejemplo a disposición del mundo y será el paradigma del buen hacer.

     El ejercito de desarrapados, marginados y de muertos prematuros que causará el liberalismo, son efectos colaterales necesáreos para recuperar la senda del progreso, que se fundamentará en la creación de antros como Eurovegas; donde la prostitución de lujo, la ludopatía de la gente con posibilidades y la drogadicción de  los señoritos que viven de la apariencia, estarán fuera de las miradas indiscretas con la garantía de la hipocresía institucional, que legalizará actividades delictivas y amorales a cambio de unos ingresos que ayudarán a engrasar de nuevo la maquinaria gubernamental.

     Uno de los nuevos motores de la economía rugirá, arrastrando poco a poco a los demás hasta levantar el vuelo, cual ave fenix de la España Imperial. Mientras tanto la cúpula de la Iglesia que aún no abrió la boca, lo bendecirá.

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