Hoy es mi último día como policía portuario, me prejubilo con 62 tacos y con la impresión de que el proceso fue de una naturalidad aplastante, llegó como llegan las cosas previamente planificadas, sin sorpresas, como cuando un río desemboca y se queda sin cauce, extendiéndose ante ti todo un mar de posibilidades. Desde tumbado en el sofá a dormitar viendo la televisión acumulando grasa y colesterol hasta reventar, o empezar a explorar las posibilidades que la nueva circunstancia te da.
Por supuesto lo del sofá lo descarto, aunque de forma puntual alguna cabezada he de dar. Coger la caña e irme a pescar no lo voy a descartar, como tampoco una vuelta en bicicleta para pasear la jeta. Caminar, caminaré; viajar, viajare; soñar, soñaré, me reiré, lloraré, me emocionaré y disfrutaré hasta que el cuerpo aguante... y no se apalanque.
Por supuesto lo del sofá lo descarto, aunque de forma puntual alguna cabezada he de dar. Coger la caña e irme a pescar no lo voy a descartar, como tampoco una vuelta en bicicleta para pasear la jeta. Caminar, caminaré; viajar, viajare; soñar, soñaré, me reiré, lloraré, me emocionaré y disfrutaré hasta que el cuerpo aguante... y no se apalanque.