viernes, 31 de mayo de 2013

ESTADO DE ÁNIMO


      Por la vírgenes de Fátima, los bemoles de la Esperanza y las dádivas gürtelianas de Ana Mato, en manos de quién estamos. La incompetencia, la ignorancia y el aborregamiento nos han llevado a la actual situación. De que nos vale tener un Estado democrático y de derecho si no sabemos ejercer de ciudadanos. De que nos valen todos los sacrificios de nuestros padres y abuelos si ahora dejamos perder en unos pocos años lo logrado en muchas décadas de lucha. Nos cuentan un cuento chino lleno de amenazas solapadas y nos aterrorizamos de tal forma que nos paralizamos, dejándonos masacrar sin hacer nada por evitarlo.

     Nos expolian poco a poco y poco a poco lo vamos asumiendo como algo inevitable. Es demasiado horrible para ser verdad, vamos directos a la ruina moral y económica, y además en caída libre, en este país ya nadie está seguro, ya nada es seguro, tenemos miedo y nos encogemos esperando el toque de gracia final. Como hemos llegado hasta aquí ya no es importante, lo importante es salir y no sabemos cuando ni como lo vamos a conseguir.

sábado, 25 de mayo de 2013

Relatos de un pescador afortunado: LAS NUEVE DEL CANAL EN SAIANS


                                                LAS NUEVE DEL CANAL EN SAIANS
                                                                     4-06-1999

     Aquella tarde de junio salí de casa con la intención de visitar “La Grande de Monteferro”. Las condiciones se prestaban para hacerle una visita a mi postura más prolífica. Enfilé hacia allí con optimismo, pues ya había visto el mar al pasar por Canido y su forma de romper confirmó todos mis pronósticos. No me apuré demasiado para llegar, la marea aunque estaba subiendo necesitaba de algún tiempo más para cumplir con el último de los condicionantes. Cuando llegué eran casi las siete de la tarde y aún faltaba un rato para que la altura del agua me permitiera el uso de los “rapalas” sin el incordio de las algas, que en ese tiempo estaban completamente desarrolladas. Me asomé a la atalaya para confirmar lo que yo intuía; todos los condicionantes eran los adecuados, pero aquel día tenía un imprevisto, un joven  pescador inexperto tenía machacada la “postura” desde hacía ya un par de horas. Estuve observándolo un rato antes de bajar, empleaba “chivos” y cucharas con un sedal de grosor desaforado, tenía una lubina de tamaño medio ya muerta que indicaba más o menos el tiempo que él allí llevaba. Al ver la situación me volví sobre mis pasos y ya ni siquiera saqué la caña, la “postura” estaba más que “tocada y retocada”, aquello para mí ya no valía.

     Durante el camino de vuelta, pensé en las alternativas que se me ofrecían y decidí que por la altura de la marea, un canal situado cerca de la playa del Portiño era la alternativa ideal para intentarlo. Me desplacé hasta allí, y por suerte no había nadie en él, pero no muy lejos, a unos treinta metros a la izquierda había alguien “vareando”. Bajé el acantilado por el sendero del cañaveral hasta una piedra de aristas suaves pero profundas e incomodas. Entre esta y otra que está por frente discurre el canal en dirección Norte-Sur. Allí ya había pescado tiempo atrás alguna buena pieza, pero nunca sobrepasé el par, aquella vez iba a ser distinto.

     El mar rompía bien, me permitía emplear mi “rapala” favorita, la “Original flotante de dieciocho cm.”, que simulaba con inusual perfección el nadar de un pequeño mújel (lisa). Lancé con confianza a pesar de la relativa estrechez del canal; una ligera brisa me daba de espaldas ayudándome a dirigir el señuelo hasta más allá de la entrada del canal; al contacto con el agua recogí con rapidez, quería que profundizase lo más posible y simular la entrada de un pequeño y aterrorizado mújel buscando refugio en las piedras y, justo cuando penetraba en el canal, una monumental picada me lo frenó en seco; tiré del pez sin contemplaciones, pues si no lo enfilaba al interior del canal lo perdía con toda seguridad, ya que entre las piedras y las olas que revolvían por fuera, hacían muy difícil el control del animal. Logré meterlo y entonces lo aguanté un rato para irle limando sus arremetidas, cuando mostró el primer signo de debilidad lo icé hasta mi posición. Era una hermosa lubina que se aproximaba a los dos quilos de peso, esta se había clavado los tres triples del “rapala” y me costó un tiempo precioso liberarla de sus anzuelos, la introduje en mi saca de red, pues el lugar no se prestaba para dejarla sobre las piedras,  sin más dilación volví a lanzar de nuevo, conseguí otra vez un buen y largo lance y al empezar a recoger tuve otra picada muy parecida a la anterior. Cuando la aproximé para sacarla, me pareció ver el lomo oscuro como una sombra de otra que la acompañaba, lancé todo lo rápido que pude y otra picada similar aceleró mi ritmo cardiaco. No daban tregua, las tenia allí y eran todas piezas gemelas, continué “vareando” y raro era el lance en que no señalaba pescado, pero cuando llevaba capturado seis, la última al revolverse tratando yo de desclavarla, torció el gancho de alambre acerado que sirve de sujeción al “rapala”, por el cual se desequilibró y ya no nadaba correctamente. Rápidamente fui a cambiar de señuelo, pero no disponía de otro igual, así que me armé con un “Yo Zury” similar en tamaño y color, pero ya no sería lo mismo. Si antes la cadencia era de tres lances dos lubinas, ahora sería de cinco lances una lubina, no había color.

     Completé la jornada con nueve preciosas lubinas que pesaron dieciséis quilos, y comprendí que el “rapala” era el más pescador de los señuelos artificiales que había en el mercado, lástima que su empleo sea tan limitado en algunas “posturas”. Nunca más fui a pescar sin llevar un par de cada modelo a emplear, la fortuna es una oportunidad que cuando se presenta hay que saber aprovechar.

miércoles, 22 de mayo de 2013

AZNARÍN TOCA EL CORNETÍN


     La situación es tan desastrosa que a pesar de la mayoría absoluta del partido que nos mal gobierna, sale a la palestra el que se cree héroe nacional y paladín victorioso. Cual Cid Campeador regresa el hombre, regresa el macho ibérico y líder de la sacrosanta derecha, que viene a enderezar lo que está  flácido y torcido.

      Su legado lo había dejado muy bien atado como un nudo gordiano, pero el hijo putativo escogido por su dedo a supuesto para él una gran decepción. Aznar está cabreado, piensa que los suyos no  le defienden con suficiente empeño y énfasis. Por méritos propios se convirtió en centro de atención, sus payasadas de chuleta barriobajero y sus receptaciones  de sobresueldos en diferido y ayudas gurtelianas, lo revelan como un ser débil, cínico e irresponsable. El se creé muy por encima del bien y del mal, se ve asimismo como un adalid, que en ciertas circunstancias y  a pesar de su mediocricidad, consiguió una cierta mejora aprovechando la coyuntura, fue en su momento un coloso con pies de barro, su obra se fundamentó en una quimera y sobre un lodazal. El inútil que lo sucedió continuó con su obra por comodidad, cobardía e incompetencia, encomendándose a un golpe de suerte que no duró lo suficiente.  Pero ahora, por pura incompetencia de unos y otros, todo se resquebraja  hasta el punto de que a su legado se le rompen las costuras, saliendo a relucir cual vísceras malolientes, la miserias ocultas en unas entrañas llenas de corrupción y mentiras.

      Salpicado en su ego personal, le ha entrado el arrebato. Por eso Aznarín toca el cornetín.

lunes, 20 de mayo de 2013

LA JAURÍA DENTELLA


     Ya no recuerdo cual empezó, pero de lo que estoy seguro, es que fue uno de ellos. Un odio furtivo y no letal les acompaña, se observan aviesos como perros rabiosos y cuando pueden muerden, pero se cuidan muy mucho de hincarse los colmillos entre ellos, pues saben del peligro de un golpe mal calculado. Su odio ya empieza a ser visceral, se temen mutuamente y amagan pero no se atacan. Sus dentelladas acaban por morder la mano de la que comen. 

     Se reparten el poder de forma sincronizada en busca de la mejor tajada y, ya nos tienen donde querían, con la rodilla doblada y la cabeza gacha, sin derechos y sin dignidad. Hundidos en la miseria y sin reacción, ya pueden comenzar la explotación de un pueblo acongojado y debidamente preparado para asumir lo que ha de venir. Nos llevan camino del infierno, y todo porque los insaciables no tienen medida, acumulan poder y riqueza con total impunidad a cuenta del mayor robo cometido nunca.

     Los daños colaterales no se hacen de rogar, más de cuatro millones de parados, de los que solo cobran subsidio menos de la mitad, otros cuatro millones de trabajadores condenados a la miseria con contratos a tiempo parcial y en precario, mas otros tantos que aunque fijos su salario como mucho se queda en mileurista y, tenemos cerca de diez millones de pensionistas a los que han empobrecido con la esperanza de que la miseria acelere un  proceso que economice el gasto que supone su longevidad. Hasta ahí nos han llevado las políticas de los que nos han mal gobernado, y todo por seguir las indicaciones de la peor jauría, la del poder financiero mundial en manos del capitalismo mas salvaje e insolidario que han bautizado como liberalismo. La jauría nos rodea y acorrala, vienen a aplicar mas recortes a los trabajadores y sus familias, la fiera que los comandan, la Merkel, ya no se detiene y apremian a nuestros verdugos, nos encogemos y esperamos la última dentellada.

viernes, 17 de mayo de 2013

CÁRITAS, GRACIAS


     A Cáritas se la puede definir como a una O.N.G. de carácter eclesiástico que cumple una importantísima labor con muchos de los más necesitados, algo que es de agradecer. Dicho esto hay que matizar que de la Iglesia, Cáritas solo alimenta su presupuesto en un 2 %, el resto son donaciones o donativos de particulares y ayudas de las administraciones públicas. Aprovechan propagandísticamente ese 2% para hacernos creer que son solidarios (mejor muy solidarios) con los más pobres y necesitados, utilizan el montante total del gasto como un sacrificio de la Iglesia para con los parados, desahuciados y desamparados en general.

     Como bien saben pero se callan: cardenales, obispos, arzobispos y monseñores esto no es así, ese 2% que ceden les desgarran las entrañas, pero es el precio que tienen que pagar para aparentar que son solidarios con el sufrimiento y necesidad de los hijos de Dios más desprotegidos por un sistema que cuenta con su bendición a pesar de su moral pecaminosa. Su comodidad y cobardía les lleva a actuar con hipocresía, forman parte de un grupo jerárquico y  complementario del poder establecido que emana del poder económico que los mediatiza, llevándolos a la explotación y negocio de lo religioso. Ya son una multinacional y parece que no les va nada mal. La pobreza y los pobres son su coartada para librarse del pago de impuestos, beneficiarse de ventajas fiscales y también generales, acumulando una riqueza que es un insulto a la inteligencia, nos creen tan ingenuos que creen que con el escaparate tapan una trastienda llena de pecado, corrupción y obscenidad.

sábado, 11 de mayo de 2013

ESPERANZA ME DUELE LA PANZA


    Esperanza me duele la panza de comer hasta tres veces todos los días, pero gracias a tu método adelgazante aliviaré mi sistema digestivo y quizás el dolor se me pase con la debilidad . Cuando pase por el retrete, me aliviará pensar en tu cara estreñida de preocupación por las necesidades de tus votantes más ignorantes, aquellos a los que engañaste con tus promesas mentirosas.

     Esperanza eres como las preferentes que joden a la gente y ahora como plutócrata, inicua y maquiavélica que eres, pregonas que hay que aplicar más recortes a los trabajadores, pues tienen mucho vicio, y aunque tú también te reconoces como viciosa, tus vicios te los pagas tú, tal y como corresponde a tu prosapia, abolengo y linaje. No como otros enviciados con un dinero que no saben gestionar y que tú aspiras a recortar y si puedes eliminar.

OBREROS E INTELECTUALES


     El valor del trabajo manual es evidente, claro y diáfano, sin trampa ni cartón. Se evidencia perfectamente un buen resultado de un mal resultado, es tangible y congruente con unos parámetros previamente establecidos, es autentico y fácilmente contrastable y controlable.
   
     El valor del producto del trabajo intelectual puede ser evidente o no evidente, claro o oscuro, con trampa  o sin trampa. Cuesta discernir la verdad de la mentira, es manipulable y acomodaticio para los intereses que resulten convenientes, es intangible y puede ser incongruente, vamos que los que han hecho y desarrollado las leyes dejaron resquicios para colar las trampas de los intelectuales. Todo el entramado intelectual de este país parece estar hecho para sacar provecho del trabajo manual. Los trabajadores obreros lo producen y los del intelecto lo gastan, lo malgastan o lo roban según el caso. 

     En los tiempos que corren el corsé del trabajador manual está tan apretado, que si se le da una vuelta  de tuerca más, se corre el riesgo de estrangulación. Por eso ahora toca ajustar cuentas con los intelectuales que son los culpables verdaderos de la crisis, pero estos se las saben todas y, tratan por todos los medios de salvarse echando la culpa a los trabajadores manuales para que paguen por ellos. Los que toman las decisiones tienen que asumir su responsabilidad, para eso cobran mucho más, si se equivocan o violan la ley desgraciando el bienestar de los del trabajo manual, tienen que responder por ello en los tribunales y estos tienen que hacer justicia, y no divagar simpatizando intelectualidad. Una clase social maneja todos los resortes del poder y la otra mira, aguarda y se desespera.

viernes, 10 de mayo de 2013

Relatos de un pescador afortunado: COMPAÑERO SIN SUERTE



                                                       COMPAÑERO SIN SUERTE
                                                                         4-04-98

    Aquel día de abril hacía un tiempo espléndido, la tarde invitaba a ir de pesca. Antes de terminar mi jornada laboral en el puerto ya andaba dándole vueltas a la cabeza para visitar Monteferro esa tarde. Lo que acabó por motivarme fue ver el mar cómo “hervía” en la orilla de la playa “Da Lagoa”, las pequeñas olas conformaban una resaca ruidosa, el mar trabajaba por el fondo creando un suave y acompasado estruendo burbujeante que se integraba en una simbiosis perfecta con la naturaleza. Aquel sonido me cautivó, ese sonido que ahora hace años que no escucho, era el que me ponía en alerta y hacía que mi imaginación se echara a volar para hacerme una composición de cómo el mar trabajaba a kilómetros de distancia, era cómo música celestial, pues me auguraba prácticamente en el cien por cien de las ocasiones en que esta circunstancia se daba, una extraordinaria jornada de pesca, convirtiendo mis sueños en realidad.

     Recuerdo que en la Comisaría del Puerto le comenté la idea de ir esa tarde a pescar a un compañero. Eduardo que también era aficionado a la pesca y, aunque no era esa su especialidad, me confesó que su sueño todavía por realizar era pescar un robalo. Le expliqué que eso era una lotería, que muchos pescadores de caña llevaban años intentándolo sin conseguirlo, que había que ser muy constante y jugar muchas veces para que te tocara la suerte de “clavar” una gran lubina. Al final acabé invitándolo a venir esa tarde conmigo y ayudarle a cumplir su sueño, que si no llegaba a robalo por lo menos que fuera una robaliza de cierta entidad.

     Cuando llegamos al final del sendero, como siempre el mar y Las Estelas parecía que estaban esperando por mí, había como un guiño de complicidad entre aquel lugar y yo, bajamos del Vitara y nos asomamos un momento para analizar las condiciones que se nos ofrecían para el ejercicio de la pesca, y estas eran las ideales, tal y como yo había previsto: mar tendido, rompiendo acompasadamente, marea subiendo, día templado, claro y diáfano…, recogimos nuestros equipos de pesca y bajamos sin más dilación a la postura.

     El mar “pedía rapala”, y creo recordar que montamos una Mágnum de 14 cm., que tiene buen alcance y se defendía bien en aquellas condiciones. Comencé a varear en la postura más cómoda y segura, explicándole a mí compañero cómo debía lanzar y trabajar el artificial. Estuve un rato con él intercalando lances, primero yo y después él y así alternativamente. Los dos empleábamos el mismo sedal y “rapala”, yo tuve la fortuna de sacar un par de piezas, una de ellas ya de una cierta entidad. Después de decirle de broma que si no la pescaba él la pescaría yo, -le decía para convencerlo que allí mismo delante de él había una lubina esperando para atacar el “rapala”-, por más que lo intentaba no le entraba pescado alguno y cuando se me ocurrió lanzar a mí, la fortuna quiso que una preciosa lubina de unos dos kilos mordiera en mí señuelo. Opté por dejarle la postura para él solo, animándolo a seguir intentándolo, pues con un poco de suerte seguro que iba a cumplir su sueño. Me desplacé a otra postura unos metros más a la izquierda, mas incómoda y difícil de trabajar, desde allí controlaba de reojo a Eduardo, esperando que tuviera la picada tan deseada. Mientras tanto yo también continué vareando en mi nueva posición, al cabo de un rato, cuando menos me lo esperaba sentí una monumental picada, el carrete bien regulado empezó a soltar sedal respondiendo a los primeros arreones del animal, apreté el regulador y solté el freno, poco a poco conseguí dominarlo, después de cansarlo un rato lo fui aproximando a tierra, el lugar era problemático y nada cómodo para sacar un animal que rondaba los tres quilos de peso y que luchaba frenéticamente por soltarse del señuelo, tuve que bajar por el, con el consiguiente riesgo de mojadura, lo mantuve un rato bajo mis pies, esperando la oportunidad para cogerlo, cuando estaba agachado sujetándolo, sentí la voz de mi compañero que al parecer se había cansado y se había desplazado para acompañarme, ni cuenta se había dado de mi peripecia. Recuerdo que me dijo al llegar, ¿no me digas que tienes algo ahí?, y claro que tenía, le puse el pescado a sus pies, causándole un gesto de asombro. Después de un rato comentando el lance le animé a intentarlo de nuevo, con ánimos renovados seguimos intentándolo pero ya no conseguimos nada, fue una pena pero Eduardo no tuvo suerte ese día.

viernes, 3 de mayo de 2013

FÁTIMA, ME MATAS


     ¡Ole tu gracia andaluza, rociera y dominguera!, ¡ole tu arte encomendándote a la divina providencia para arreglar el paro en España! Es una cuestión de fe en la virgen de la esperanza y en la caridad cristiana. La recuperación de puestos de trabajo es cuestión de vírgenes. Fátima tienes nombre de virgen pero no has sido agraciada con su cara, porque menuda cara hay que tener para comprometer a la virgen rociera con tú incompetencia fandanguera.

     Movilizas a la juventud hacia el exterior en busca de un milagro, en el que solo tú y tus vírgenes podéis creer, ponte a rezar, porque a saber es lo único que sabes hacer. Fátima Bañez, me matas.

LA CRUEL ADALID


      La caverna mediática espolea mediante soflamas incendiarias a la adalid que los llena de Esperanza. Esta  brava y machota socarrona los tiene encandilados, defiende alto y claro sus postulados. Como gata panza arriba, muerde, araña y se revuelve lanzando zarpazos muy bien meditados, es cruel, chula y elegante, su histrionismo es reverberante y estimulante para las ordas vociferantes, a las que reconforta y anima con su lucha para imponer su medicina liberal-conservadora: privatizar todo aquello que sea suceptible de negociar para un beneficio sacar. Crueldad y libertad se conjugan para fortalecer economicamente a las élites merecedoras, a la chusma una patada en el culo y a purgar.

miércoles, 1 de mayo de 2013

NUESTROS DERECHOS NO CAEN DEL CIELO


     A veces da coraje la forma de enjuiciar la labor de los sindicatos, cuando no son más que organizaciones que emanan de la voluntad de los trabajadores. Nosotros los trabajadores somos los que hacemos que un sindicato nos sirva o nos deje de servir. Lo cierto es que necesitamos organizarnos si queremos tener unos mínimos derechos que nos amparen frente a los abusos de la clase empresarial. Sin organización y sin solidaridad, la clase trabajadora siempre es presa fácil del poder económico.

     Lo triste es que a estas alturas todavía hay trabajadores que creen que los derechos que ahora mismo tienen y que empiezan a perder, están ahí porque han caído del cielo: 40 o menos horas semanales, un mes de vacaciones, baja retribuida por enfermedad o por parto, indemnización por despido, cobro del paro al ser despedido y así mil y un derechos que varias generaciones de trabajadores han conseguido a base de lucha y sufrimiento. Los sindicatos siempre fueron el motor reivindicativo de los trabajadores y sin ellos, muchos de estos derechos nunca habrían existido. Muchos sindicalistas, encarnación de todos los males para algunos, y muchos trabajadores sin filiación sindical, nos han dado su tiempo e incluso su vida (si, he dicho su vida y a la historia me remito) en huelgas y manifestaciones desde hace más de 200 años, para conseguir lo que hasta ahora todos disfrutamos. ¿O es que creemos que todos nuestros derechos nos los han dado voluntariamente los empresarios por su amor al prójimo?

     Muchos dicen que las huelgas y manifestaciones no conducen a nada, cuando se tiene esa mentalidad siempre se hunde uno en la fatalidad, menos mal que nuestros bisabuelos y tatarabuelos a principios de siglo XIX le echaron un par de huevos, cuando por ejemplo: los sindicatos y trabajadores mineros salieron a pedir que los niños  no debían bajar a las minas a trabajar, o que las jornadas diarias no podían exceder de 15 horas. Algunos fatalistas como los de ahora decían, que así había sido siempre y que no se iba a cambiar nada. Por suerte hubo y hay personas que no se resignan y luchan y se exponen protestando, pues es la única forma de avanzar en la conquista y conservación de nuestros derechos.

     Es probable que existan sindicalistas que aprovechan la tesitura para no dar palo al agua, si es así debemos denunciarlos y expulsarlos de nuestras organizaciones sindicales. Ahora más que nunca serán nuestro mejor amparo y defensa si hacemos buen uso de ellas. Los jóvenes y no tan jóvenes tienen que mojarse y comprometerse, tienen que coger el testigo haciendo la limpieza que haya que hacerse. A los acomodados,  hay que ponerles las pilas o enseñarles la puerta de salida, los sindicatos son herramientas de trabajo y no un lugar para ir a sestear, o cuando no una plataforma para medrar a cuenta de los derechos  de los demás.