jueves, 28 de febrero de 2013

VIOLENCIA MACHISTA Y FALSEDAD


     Me considero una persona de talante progresista, que se reconocer y rectificar cuando me equivoco, creo ser una persona voluntariosa y previsora, no me gusta hacer leña del árbol caído como tampoco me gusta que me quieran hacer comulgar con ruedas de molino. Si yo me esfuerzo en comprender poniéndome en la piel de los demás, también quiero que se me intente comprender.

     Días atrás el diputado Tony Cantó dio una opinión sobre un tema espinoso como es el de la violencia de género y parece ser en mi opinión, que ni uno ni los otros han encontrado el punto de equilibrio, pues aunque  efectivamente la gran mayoría de denuncias planteadas tienen una base irrefutable porque hay mucho cabrón suelto, también he de decir que las estadísticas oficiales sobre el tema que nos ocupa, exageran ese maltrato con la loable intención de proteger a la mujer, que en la gran mayoría de los casos necesitan apoyo y protección para la defensa de su integridad física, económica y moral, frente a estos mal llamados hombres, que son dañinos, crueles y sin escrúpulos, a los que hay que reprender, castigar e incluso encarcelar.

     He dicho anteriormente que las estadísticas no son del todo fiables, porque no matizan suficientemente el tanto por ciento de denuncias falsas, que incontestablemente hay. Algunos hombres sufren maltrato sicológico por parte de sus parejas y cuando dan el paso de solicitar el divorcio, sus parejas presentan denuncias falsas de malos tratos, los llaman a comisaria, donde normalmente tienen un careo entre las dos partes con sus respectivos abogados y se llega a la conclusión de la falsedad de la denuncia, el abogado defensor siempre aconseja a su cliente denunciado por malos tratos, la no interposición de la denuncia por falsedad, ya que lo único que traería consigo es más gastos y el nulo castigo de la mentirosa. Esto que acabo de relatar acontece en muchos casos, por eso las estadísticas no reflejan oficialmente casi ninguna denuncia  contra las maltratadoras y oportunistas, que las hay, y en mayor número de lo que parece.

Relatos de un pescador afortunado: LA HORA MÁGICA


                                                           LA  HORA MÁGICA
                                                                  15-10-1995

     Aquella luminosa mañana del mes de Octubre, era un día de esos en que todo se ve con optimismo, la naturaleza se muestra generosa e invita a disfrutarla, y más si no tienes mayor preocupación que dejar pasar el tiempo, disponiendo de él de la forma en que a ti más te plazca. Esa mañana me había levantado sin una idea previamente establecida, ya había amanecido y el día comenzaba a mostrarse con todo su esplendor. Recuerdo que fuera en el jardín, los pájaros se hacían sentir con sus alegres trinos, conquistando mis sentidos y aumentando mis ganas de vivir. Todo invitaba a dar un paseo y a estar en contacto con la naturaleza, como me apasiona el mar y la montaña, decidí coger el coche e ir hasta Monteferro, donde el monte y el mar se funden dando lugar a un pequeño paraíso, donde yo encuentro todo lo que necesito para llenarme de energía positiva.  Allí en soledad suelo meditar, me pongo a bien conmigo mismo y derroto todos mis fantasmas. Pero es que además es un lugar mágico, donde la huella de nuestros ancestros permanece después de miles de años, si eres sensible e imaginativo lo ves, lo notas en cada piedra, en cada esquina. El  mar te habla y el viento también, la magia de las olas rompiendo estruendosamente contra las rocas, son los gritos de aquellos que desde hace miles de años pasaron por aquí, disfrutaron, amaron y sufrieron de generación en generación. El silbido del viento moldeando y retorciendo el paisaje del entorno es la huella que muestra la fuerza de los dioses que protegían o castigaban, según su comportamiento a aquellos nuestros antepasados. A ellos igual que a nosotros también les gustaba pescar.

     Aquel día cuando llegué al final del sendero, parecía como siempre que el mar y Las Estelas esperaban mi visita, eran testigos mudos de mis andanzas cuando se daban una serie de circunstancias, que eran el detonante que me obligaba a ir hasta allí; cuando accedí al borde de la atalaya comprobé, que se daban todas las señales que la naturaleza crea para comprender lo que allí probablemente iba a suceder, provocando en mí cierto desasosiego, pues comprobé como todos o casi todos los condicionantes que yo esperaba se cumplían: El mar de fondo tendido, continuo y acompasado rompía y se extendía como un manto de espuma blanquecina, la altura de la marea era la ideal para el lugar, la temperatura del agua rondaba los quince grados, la ambiental era agradable y el día claro y soleado. A medida que iba bajando hasta la “postura” mi fe y confianza iban creciendo.

     Monté mi caña de “vareo” más potente, después de utilizar la telescópica más corta y ligera, ideal para “rapalear” por los canales y recovecos cercanos a la orilla, y al no sentir picada alguna algo no me cuadraba, me costaba creer que no hubiera lubinas al acecho en aquella zona, por eso cambié de caña buscándolas a distancia, fuera de la rompiente. Frente a mí, a unos 70 metros, el mar lavaba una piedra plana como una losa, las olas al rebasarla rompían, formando cuando la cresta se retiraba, como una columna de agua muy oxigenada, no dando tiempo a esta a que se aclarara, ya que a continuación seguían una detrás de la otra con la misma cadencia. Sabía que allí, arrimado a esa piedra había un ancho y profundo canal por que el solían discurrir lubinas, esperando al acecho las posibles presas que el mar arrastraba hasta esa zona. Así que monté la caña con un chivo de 40 gramos que me permitía alcanzar y rebasar la piedra, “trabajé” la zona con entusiasmo, pero nada conseguí, continué “vareando” a mi izquierda recorriendo unos 200 metros hacia el interior de una pequeña ensenada, donde el mar acababa por amansar y no sentí picada alguna, pero no me acababa de conformar, algo me decía en mi interior que allí había pescado, y que en cualquier momento empezaría a comer, así que retrocedí a la postura del principio y sin perder la fe en ningún instante, volví a “varear” por encima de la losa donde el mar empezaba a reventar y, ya en el primer lance, después de rebasar la piedra, por fin sentí una reconfortante picada, en un principio no muy poderosa, pero al tirar y clavar, comprendí que se trataba de un animal que probablemente sobrepasaría los cuatro quilos, tenía bien regulado el carrete y este empezó a soltar sedal muy poco a poco, pero suficiente para amortiguar los primeros arreones. El mar barría con fuerza, empujando a mi presa hacia unas rocas que afloraban a mi izquierda, decidí apretar el regulador y liberar el freno, empezando a tirar con firmeza apurando todo lo que podía, pues corría el riesgo de que una ola me lo envolviera y acabara por arrastrarlo contra las rocas. Tuve suerte, conseguí arrimarlo a tierra sorteando como pude un gran golpe de mar, pero después de la sacudida, por unos instantes que se me hicieron eternos, perdí la noción y el control de mi presa, el animal continuaba muy entero y se había situado detrás de una piedra que afloraba a mi derecha, ya cerca de tierra a unos diez metros, con la puntera de la caña levantada aguantaba sus cabezazos como podía, ya que si tiraba corría el riesgo de rozar el sedal y perderlo, no las tenía todas conmigo, tiempo atrás había sufrido una experiencia similar con un animal parecido, aunque de menor tamaño, y acabé perdiéndolo al rozar el sedal en la piedra, y lo curioso es que este se lió en ella, quedando la lubina presa y colgando sin que yo pudiera hacer nada por recuperarla, hasta que un golpe de mar la acabó soltando. Pero fui paciente y no incidí en el mismo error, ella misma con ayuda del mar que trabajaba de derecha a izquierda, acabó por salir al limpio, donde ya no me ofreció mayor dificultad su captura.

     Entusiasmado, después de dejar el robalo en una poza situada a mi espalda, repetí el lance, y nunca mejor dicho, pues de la misma forma que en el lance anterior y en el mismo punto, volví a sentir una descomunal picada de un animal de parecido o mayor tamaño que el anterior, el mar rugía con fuerza, las olas parecían cada vez más grandes, esta vez no tuve tanta suerte, cuando estaba intentando dominar y cansar al animal, llegó un gran golpe de mar que envolvió a mi presa arrastrándola por encima de las piedras que afloraban a la izquierda del canal, por suerte rodó por encima, apareciendo en una zona limpia entre tierra y las piedras, no había roto el sedal, pero la situación no era nada halagüeña, el mar no daba tregua, corrí con la caña levantada hacia el cielo, saltando a una roca situada a mi izquierda incómoda por sus aristas en forma de cuchillo, encajé mis pies como pude en ella, el mar me salpicaba, por todo el frente apenas tenía visibilidad, no conseguía controlar la situación y el robalo era literalmente arrastrado contra una piedra aún más a mi izquierda, por un momento aún pensé que tenía una oportunidad para salvarlo, pero el mar lo elevó por encima de la piedra y al bajar el sedal rozó y rompió, ¡mi gozo en un pozo! . Durante un momento me quedé atontado, pero el agua, que ya me calaba, me hizo reaccionar, volviendo a colocar un “chivo” de señuelo y seguir intentándolo de nuevo, pero mi oportunidad ya había pasado, la marea había bajado con fuerza y las condiciones hacían muy difícil la acción de pesca.

     Me retiré con un sentimiento contradictorio, necesitaba digerir el fracaso que supuso para mí la pérdida de semejante trofeo, no digo que me sintiera completamente frustrado, pues el robalo que pesqué pasó con holgura los cuatro kilos, pero sin el par  en parte me sentía decepcionado, pero sabía que pronto se me pasaría y que tendría más oportunidades para resarcirme, era una experiencia más que me ayudaría a madurar y aprender a hacer frente a otras situaciones parecidas que para mi fortuna aún me iba a deparar el futuro.

sábado, 23 de febrero de 2013

ACOLITOS, ADLÁTERES Y FAMILIARES


     Los socialista de salón, de hoteles de cinco estrellas y demás vagatelas, se hicieron con el poder con el ansia de permanecer en él y fomentaron el reparto de prebendas entre acólitos, adláteres, y familiares, tal y como aprendieron de los peperos. Unos y otros se retroalimentan con el ejemplo dado siempre y cuando sea conveniente para sus inconfesables intereses. Pequeñas corruptelas que no llaman demasiado la atención pero que reconfortan al ejército de acólitos en busca de favores a cambio de fidelidad y trabajo de campo en las campañas electorales. Unos aprendieron de los otros y ahora todos se escudan en el tú más y tú peor, pero a los ciudadanos ya no nos valen las medias tintas, la catarsis tiene que eliminar, fulminar, hacer desaparecer toda clase de entramados que unos y otros construyeron para así ganarse la fidelidad de acólitos, adláteres y familiares, que hacen el trabajo sucio por ellos, a ninguno de estos les mueve su vocación de servicio, sino que se mueven por el interés personal y ellos lo saben y los incentivan mediante corruptelas que socavan la igualdad de trato y la justicia social.

      La obediencia y el servicio al partido está hoy por encima del servicio público, para que queremos unos partidos incapaces y encorsetados que se pasan las legislaturas mareando la perdiz en espera de que las circunstancias favorables les echen un cable para lucrar al ejército de chupones y mangantes oportunistas que componen sus listas. 

martes, 19 de febrero de 2013

ANTE TODO LO MIO, ANTI TODO LO TUYO

     Hay una cuestión de fondo a la que nuestros dirigentes, sean de izquierdas o de derechas, están obligados a respetar con un grado de reciprocidad absoluta; esta es la lealtad para con el pueblo español, y esto hace años que no se da. Unos y otros, y ya no me importa en que grado cada uno, son insoportablemente anti todo lo que pueda favorecer a la generalidad de los españoles si con ello se favorece al rival político, anti todo lo tuyo. La rivalidad mal entendida nos lleva una y otra vez al fracaso como pueblo. Nos hundimos en la miseria moral y económica, mientras ellos siguen enfrentados como dos perros rabiosos, se miran aviesamente y se acusan torticeramente, unos y otros están condicionados por un sectarismo que los incapacita para llevar las riendas de un país que de seguir así va directo a la auto destrucción.

     Mientras tanto los ciudadanos de a pie demuestran con su comportamiento muchas más luces que unos dirigentes de vida y costumbres nada ejemplares. Estos políticos que tenemos no son ejemplo de nada positivo: nos avergüenzan, nos traicionan, nos decepcionan, nos abandonan, nos esquilman, nos maltratan, nos ignoran y ahora por último se descubre que su solidaridad para con sus gobernados empieza por su propio bolsillo. Ante todo lo mio.

     Es sobrecogedora la falsedad, la ruindad y la impunidad con la que unos y otros llevan al país al fracaso más absoluto.

Relatos de un pescador afortunado: MEA CULPA

1-05-1990                                                          MEA CULPA
   
     A lo largo de la última semana de Abril la ría era un hervidero de actividad. La estabilidad atmosférica y un tiempo casi veraniego dio lugar a una explosión de vida, grandes y espectaculares cardúmenes de cría de sardina se movían por toda la ría, destellos plateados que parecían volar sobre la superficie indicaban la actividad depredadora de bancos de peces que se alimentaban con las pequeñas sardinas que a millones se movían en formación y unidas, trataban de esquivar las arremetidas de las hambrientas lubinas.
   
     En aquel tiempo la pesca ya empezaba a ser algo más que una pasión para mí, estaba enganchado de tal forma que todo el tiempo libre lo empleaba en dicha actividad. Recuerdo que al entender lo que significaba la presencia de cardúmenes de "xoubas", tuve que adaptarme a una técnica de pesca con la cucharilla francesa, pues era la que mejor se adaptaba y más rendimiento daba en aquellas circunstancias. Durante varias tardes de aquella semana y como colofón la mañana del primer festivo de Mayo, pesqué lubinas en una cantidad desacostumbrada, las había por miles y comían de una forma desaforada. Estas presas de una ferocidad inconmensurable, las atacaban con tal avidez, que más que comer parecía que disfrutaban con la vorágine de sangre y muerte. Cuando coincidían los ataques con la pleamar, parte de las pequeñas sardinas, al saltar escapando de sus depredadores llegaban a sobrepasar la coronación del muelle, quedando muchas de ellas "varadas" en el interior de los neumáticos que servían de defensa para proteger los muelles de los golpes de las embarcaciones.

     Impresionaba la crudeza del comportamiento animal, como el pez grande devoraba al pequeño, atacándolo sin contemplaciones de ningún tipo. Después de observar y analizar lo que allí sucedía, monté la caña con una cucharilla francesa, apoyada con un plomo perdigonado con giratorio que me permitía un lance largo y bien dirigido. Lanzaba todo lo fuerte que podía para sobrepasar el cardumen, cerraba la aguja del carrete al contactar el plomo con el agua, evitando con ello que se liara la cucharilla con el sedal, dejándola bajar unos cinco metros para a continuación recoger apurando y en zing zang, ya que de esta manera incitaba la voracidad de las piezas más grandes, que acostumbran ocupar las posiciones más profundas dentro de los cardúmenes. Ya desde el primer momento en que empezaba a lanzar, las picadas empezaron a  producirse sin tregua, y para mi sorpresa eran de un tamaño superior al esperado. Eran las nueve de la mañana de aquel primero de Mayo y la marea subía con fuerza, no fallaba lance, a las dos horas de aquella vorágine, aquello se convirtió en una orgía de sangre y muerte. Sin darme cuenta, mi atávico instinto depredador me hizo perder el sentido de la noble práctica de la pesca deportiva. Llegó un momento que ya no disfrutaba con lo que hacía, solo me movía la ambición de acumular kilos para hacer dinero con su venta; ya no capturaba peces, amontonaba billetes, acabando por totalizar en aquellos días de pesca cerca de cien quilos de lubinas. Con el paso del tiempo, la ética de aquel comportamiento, no me parece la más acertada, pero en aquel momento y en aquellos tiempos, aquello lo asumía como algo natural, aunque ahora vaya en contra de mis principios.

      Esta pescata que aquí relato es quizá la única de la que no me siento especialmente orgulloso. La fortuna me acompañó pero por un momento dejé que la avaricia y el interés nublaran mis sentidos, perdiendo mi condición de pescador deportivo.

domingo, 17 de febrero de 2013

Relatos de un pescador afortunado: EL REY DEL UNIVERSO


                                                 EL REY DEL UNIVERSO
                                                         7-10-1995
 

       Aquella tarde de sábado del mes de Octubre de 1995, el día siete para ser más exacto, salí de casa, como otras tantas veces para ir a pescar, y no me solía ir mal a pesar de la poca experiencia acumulada, pero perseguía un sueño que se me resistía más de lo esperado. Aquella tarde al llegar al Portiño tuve el presentimiento de que, al fin, mi sueño podría cumplirse, mi bautismo de fuego. En el argot de los pescadores de caña, nadie puede considerarse “Pescador” con mayúsculas si no pescas un robalo de cuatro quilos o más. Llevaba ya algún tiempo acumulando trofeos menores, cientos de lubinas de entre un kilo y los casi cuatro, pero ninguna que sobrepasara la marca para satisfacer mi ambición.

     Cuando llegué la marea llevaba bajando cerca de tres horas, el cielo estaba despejado, corría una ligerísima brisa del sur y hacía una temperatura agradable. El mar rugía con fuerza, más que rugir roncaba, estrellándose acompasadamente contra las rocas. Me calcé las botas y me enfundé el traje de aguas, pues sabía que me iba a mojar. Crucé un pequeño canal, por donde discurrían como en un vaivén  las olas, formando una fuerte corriente que hacía dificultoso el acceso a la roca más grande que, con la marea llena quedaba aislada. Me encaramé en lo alto y estuve un rato observando cómo “trabajaba” el mar y dónde me podía situar de forma que tuviera seguridad y, al mismo tiempo, la mayor estabilidad posible. El mar reventaba por debajo de mis pies, levantando una cortina de agua que me salpicaba, el estruendo que hacía al batir contra la roca era acompasado, casi sonaba como un “rock duro”, la verdad que había momentos en que acongojaba, pero no me rajé y me concentré en lo que me había llevado hasta allí. Desplegué la caña y al ver la cantidad de pequeñas rocas, algas y el poco calado que había, me incliné por una cuchara Evy de 28 gramos como cebo, pues aunque no era santo de mi devoción, en tales circunstancias era lo más razonable, me dispuse hacer mi primer lance a una distancia aproximada de 60 metros, al contacto con el agua conté hasta cinco para que se hundiera como un metro y arranqué lentamente, recogiendo manivela de forma progresiva y acelerando a medida que el señuelo se venía acercando, para poder librar los obstáculos que en forma de piedras y algas me rodeaban, insistí en abanico y en la zona que yo adiviné, que había mas profundidad, lancé con toda la potencia que pude, al contactar el señuelo con el agua, arriesgué, y conté hasta quince, profundizando varios metros, arranqué con fuerza por miedo a perderlo, y cuando llevaba unos pocos metros recogidos, ¡zas!, picada descomunal. El carrete comenzó a “cantar”, la línea retrocedía y amortiguaba el impacto, desbloqueé el freno y apreté un poco el tambor de giro, tiraba como un condenado, le di un poco de cancha para que se fatigara, pero siempre manteniendo firme la línea levantando la puntera, para obligarle a boquear hacia fuera y al mismo tiempo evitar el roce del sedal, al poco dio señales de cansancio y parecía entregarse, pero cuando lo traía para tierra con ayuda de las olas, en una de estas, cuando la resaca retrocedía, cabeceó con tal fuerza, que tuve que darle carrete y aún así este “cantó”, deje de recoger por miedo a romper la línea. Pronto terminó el arreón y volví a controlar la situación, con suavidad pero con firmeza lo fui acercando como buenamente pude, pues las piedras que afloraban cuando la resaca retrocedía me impedían apurar. Pronto empecé a ver con nitidez el lomo oscuro, prácticamente negro de tan descomunal lubina. Mis piernas empezaron a temblar por la emoción, tal era esta que aparecí situado encima de una pequeña piedra, varios metros debajo de donde me había situado en un principio. El mar barría con fuerza mis piernas, anclé estas apoyando mi espalda contra la roca, gané estabilidad y seguridad, pero esto no impidió que el agua en forma de cortina, de vez en cuando me mojara hasta la cabeza. La fuerza del mar me ayudó a acercar a mi presa, a la que tenía casi al alcance de mi mano. Con la caña levantada y firmemente asida, me agaché buscando el hueco de la agalla del pez para sacarlo a tierra, fallé al primer intento, pero sabía que al segundo lo iba a conseguir, pues mi trofeo estaba ya entregado, ya no se movía, flotaba ladeado, por fin lo alcancé, lo así con fuerza y salí corriendo piedra arriba buscando el sosiego necesario para disfrutar del momento pues algo en mi interior me decía que por fin era un robalo con todas las de la ley, de hecho sobrepasó en 200 gramos el peso exigido.

    Mi corazón latía a 200 pulsaciones por minuto, la adrenalina burbujeaba en mi interior, era feliz, inmensamente feliz y dichoso, casi tanto como cuando nacieron mis hijos, estaba en el cielo, era el “Rey del Mundo”, ¡que digo del mundo!, era el “Rey del Universo”, a Dios pongo por testigo que mi sentimiento fue ese, eran las 18,53 horas del día 7 de Octubre de 1995. No se me olvidará nunca. 

viernes, 15 de febrero de 2013

MILEURISTA, Y GRACIAS


     Si, estoy indignado y me siento timado porque a estas alturas de mi vida, a punto de convertirme en sexagenario y con 43 años de trabajo a mis espaldas, voy camino de convertirme en mileurista y aún tengo que mostrarme agradecido por conservar mi puesto de trabajo. Unos y otros con su forma de proceder han hundido mis expectativas y me han jodido la vida. A mis compañeros otro tanto de lo mismo, con el agravante de que a los más jóvenes los dejan en el limbo de un futuro desconocido, imprevisible y nada prometedor.

     La empresa que me paga desde hace ya 37 años, tiene beneficios y los que la dirigen tienen voluntad de negociar, pero la última voluntad es del Ministerio de Hacienda que obsesionados con recortar no se les ocurre otra cosa que mandarnos a la indigencia . No conformes con expoliar nuestros salarios con unos 300 euros todos los meses (aquí va la paga extra prorrateada en doce meses), aún pretenden dejarnos sin convenio colectivo para hincar el diente en los pluses y en la antigüedad. Ni mileuristas vamos a ser ya.

jueves, 14 de febrero de 2013

UNOS Y OTROS

     Ahora nadie es culpable de la debacle económica, unos le echan la culpa a los otros pero ninguno reconoce haberse equivocado, lo cierto es que el resultado final es catastrófico. Ellos (unos y otros) siempre presumieron de ser gentes muy cultas y preparadas, justificando con ello la autoasignación de sueldos y prevendas. De acuerdo sobre el papel a su competencia, mérito y capacidad  pasaron a cobrar cantidades acordes con su responsabilidad, asegurándonos por ello garantía de su bien hacer.
   
     La debacle no se gestó de un día para otro, tal y como nos quieren hacer creer, la debacle se gestó en el momento que unos y otros decidieron tirar por el camino del medio, haciendo lo más fácil y rentable en el corto plazo. Hicieron dejadez de sus funciones y dejaron el timón de la nave en manos de banqueros usureros y empresarios sin escrúpulos, se enriquecieron unos y otros con una rapidez inusitada. Fue un expolio consentido e interesado donde el liberalismo corrompió el principio de la solidaridad,  fomentó el individualismo  por el que los más dotados abusaron de la confianza depositada en ellos por las clases medias y trabajadoras.
     
     Los damnificados por la gestión catastrófica de unos y otros queremos ejercer la garantía comprometida, pagamos mucho y muy bien a unos gestores que se mostraron incompetentes y engañadores. Su irresponsabilidad fue muy bien remunerada y ahora tienen que responder ante la Justicia, pero como la tienen prisionera por el sectarismo de sus miembros, al no ser esta independiente no responden por nada y se van de rositas, burlándose de la ley y de los ciudadanos agraviados, y aún pretenden que nos conformemos y nos callemos, amenazándonos con palo y miseria.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Relatos de un pescador afortunado: SARGOS EN SAIANS


SARGOS EN SAIANS
Septiembre 1995

     Después de la grata experiencia con los sargos en Donón, me quedó la boca dulce, con ganas de repetir. Tuve que esperar al mes de septiembre para encontrar un mar con las condiciones necesarias para este tipo de pesca. No volví a Donón, lo intenté en los playales  de mar abierto más cercanos, Saians y Patos. Primero investigué si el bicho “dinamita” de efecto demoledor se encontraba también en esas zonas, lo encontré, pero en menos abundancia y con más dificultad para su recolecta.

     Empecé probando en la playa del Bao, pero el resultado no fue el esperado, los peces pequeños me descarnaban el anzuelo y este no aguantaba el tiempo suficiente para la llegada de alguna pieza interesante. Seguí la prueba en Patos, pero también sucedía otro tanto, en estas playas abundaba la cría de pescado pequeño, que con su voracidad me limpiaban el anzuelo en un “plis plas”. Por último lo intenté en Saians un día que había un fuerte mar de fondo y la marea prácticamente en pleamar. Recuerdo que ese día recogí el bicho por la mañana, yendo a pescar con él a primera hora de la tarde, probé en la playa a mi izquierda, cerca de las primeras rocas que por allí afloraban y efectivamente pesqué en un principio dos sargos, pero de un tamaño no ilusionante. Cuando estaba a punto de dejarlo, observé como a mi izquierda, al estar la marea llena, había como un fondón que limitaba con las primeras rocas, donde el mar burbujeaba y formaba un pequeño remolino; aquel fondón con la marea baja quedaba en seco y era arenoso, ya lo había escudriñado en busca de bicho sin resultado, pero algo me tentó para probar y lanzar allí, prácticamente era como pescar en la orilla, habría como unos dos metros de profundidad y al hacer la prueba me llevé una grata sorpresa, pues de inmediato tuve una fenomenal picada, digna de un animal de cierta entidad, este tiraba con fuerza y por la manera de tirar y luchar, deduje que era un sargo; no me equivoqué, lo era y además enorme, sobrepasaba los dos quilos, volví de nuevo a encarnar el anzuelo y en el mismo sitio y de la misma manera. Volví a sentir otra bestial picada, era otro hermoso sargo, estuve en esa tesitura cerca de dos horas, capturando un total de ocho enormes sargos, el más pequeño superaba el kilo y uno de ellos se aproximaba a los tres.

     Tanto me encelé con este tipo de pesca, que me pasé todo el mes de septiembre y parte del de octubre pescando sargos, unos días con mayor fortuna que otros. Había descuidado la pesca de la lubina de tal forma, que si no hubiera sido por la noticia que me llegó de que en esos mismos días se estaban pescando algún que otro robalo, que de aquella era mi sueño por realizar, porque hasta entonces nunca había pescado ninguno que sobrepasara los cuatro quilos, que era cuando en nuestro argot se consideraban ya ROBALOS con mayúsculas. Esto encendió en mí todas las alarmas y me hizo replantearme mi objetivo, que a partir de ahí no era otro que la obsesión de pescar un gran robalo. Así que abandoné ya la pesca, por un lado tan gratificante de los sargos y concentré todos mis sentidos en la captura soñada de un gran robalo.

     Como relataré más adelante en ese mismo mes de octubre, las días ocho y quince, cumplí con creces mi sueño por partida doble.

lunes, 11 de febrero de 2013

EL MILAGRO ALEMÁN TAMBIÉN AQUÍ


     Poco a poco se van despejando las incógnitas y se van apreciando los cambios que desbrozan el camino que nos conduce al nuevo orden. Las clases sociales dominantes, los más ricos y poderosos junto a los ricos menos ricos están moviendo los hilos de las marionetas a su servicio, para imponer de una vez por todas y para siempre las nuevas reglas por las que se ha de regir el destino de la clase trabajadora.

     Parece que el ejemplo a seguir es el de Alemania, que se a puesto en cabeza de la nueva y tercera revolución industrial; con su apuesta pionera por la producción descentralizada de energías renovables y su combinación con Internet, aunque la verdadera revolución tendrá lugar cuando la energía se transmita por la red y la inteligencia colectiva regule su uso (Jeremy Rifkin). Mientras tanto no se haga realidad esto que parece ciencia ficción, nosotros parece que tenemos que seguir las directrices alemanas, si queremos sobrevivir aunque sea en precario, como lo están ya haciendo el 50% de los mismos ciudadanos germanos. En Alemania no es oro todo lo que reluce; desde 1990 los ricos pagan un 10% menos y la clase media y trabajadora un 13% más, los salarios han tenido una mengua del poder adquisitivo del -1%, los beneficios de las empresas han crecido un 36%. En Alemania existen más de cinco millones de puestos de trabajo, con un salario inferior a los 500 euros mensuales. Es una manera de camuflar parados mediante los minijobs, esto es lo que nos espera en España a partir de ahora y así el Sr. Rajoi, o el que le sustituya, podrá llegar a presumir de una tasa de paro de alrededor del 10%.

     El resultado final de todo este proceso que quieren implantar en nuestro país es: que en el año 2.012 el 1% de la población alemana posee el 23% de toda la riqueza del país, el 10% más favorecido posee el 60%, mientras la mayoría absoluta del país, el 51% de su población, sólo dispone del 2% de la riqueza total.

     Esta política que se quiere instaurar también aquí, en España, dió como resultado que las empresas se quedaron, después de la purga, sólo con los trabajadores mejor dotados y los que les resultaban más baratos. A los jóvenes los dejaron con un trabajo precario, cobrando salarios de 500 euros de media y practicamente sin derechos. Una vez que echan a la calle a los veteranos, contratan a jóvenes en precario y siempre de forma temporal.

domingo, 10 de febrero de 2013

EUROVEGAS, NUESTRA ESPERANZA


     Después del hundimiento generalizado de la economía y de los pilares que la sustentan, ya aparece en el horizonte Esperanza, la adalid que representa la catarsis que nos traerá la recuperación moral y económica, la limpieza de la democracia, la desaparición de la corrupción y el advenimiento de una arcadia llena de progreso y felicidad. Esta valiente adalid acude políticamente muerta cual Cid Campeador a la liberalización total del territorio nacional de filibusteros, corruptos y segregacionistas de la patria.

     De ahora en adelante ya se pregona que la solución es que la libertad absoluta, para todo lo que resulte conveniente a los intereses del poder y del dinero, es lo que alimentará el progreso hasta conseguir sacar de la indigencia a los afectados por la crisis. Negocios de todo tipo florecerán a lo largo de la geografía nacional sin las ataduras y control de la Administración, el mercado se autoregulará el sólo mediante la competencia y sin subvenciones del Estado. Por fin los españoles demostrarán lo que es un país adelantado, que pondrá su ejemplo a disposición del mundo y será el paradigma del buen hacer.

     El ejercito de desarrapados, marginados y de muertos prematuros que causará el liberalismo, son efectos colaterales necesáreos para recuperar la senda del progreso, que se fundamentará en la creación de antros como Eurovegas; donde la prostitución de lujo, la ludopatía de la gente con posibilidades y la drogadicción de  los señoritos que viven de la apariencia, estarán fuera de las miradas indiscretas con la garantía de la hipocresía institucional, que legalizará actividades delictivas y amorales a cambio de unos ingresos que ayudarán a engrasar de nuevo la maquinaria gubernamental.

     Uno de los nuevos motores de la economía rugirá, arrastrando poco a poco a los demás hasta levantar el vuelo, cual ave fenix de la España Imperial. Mientras tanto la cúpula de la Iglesia que aún no abrió la boca, lo bendecirá.

sábado, 9 de febrero de 2013

Relatos de un pescador afortunado: POZAS EN CENTINELA

     Julio de 1.993
 

     Aquel día del mes de julio hacia un tiempo espectacular, al llegar a la carretera de la costa observé el mar  y su estado me gustó. La marea iba retrocediendo desde hacía al menos una hora cuando bajé con el coche a la Punta Centinela. Las olas se deslizaban por encima de los bajos de piedra, rompiéndose en millones de burbujas que oxigenaban todo el contorno, aquel manto blanco inmaculado se renovaba con una cadencia regular, su sonido era de una rutina relajante, te llamaba, apetecía quedarse.

     Agarré la caña y me dispuse a estrenar un señuelo llamado Viking (más pesado y de forma más poderosa que el Rapala). Cuando caminaba entre las rocas buscando la orilla para empezar a varear, algo por inusual llamó mi atención. En unas largas, estrechas y poco profundas pozas, de las que el mar acababa de retirarse, había varios grupos de peces allí acorralados, de un tamaño similar a mis "rapalas", nadaban intranquilos de un lado a otro de las respectivas pozas, pozas que ya no podrían abandonar hasta la siguiente marea. Pronto me olvidé del tema y seguí con mi rutina que me pedía entrar en acción. Me desplacé a la derecha pues el mar no me permitía aún avanzar por el puntal. Al llegar a la zona donde comencé a "varear", aún más a mi derecha se apreciaba en lontananza el Cabo Silleiro, terminé por concentrarme en mi señuelo y este comenzó a volar por encima del agua del mar, hasta que este se estrellaba e incrustaba iniciando el viaje de regreso. Después de un buen rato lanzando y recogiendo la monotonía se iba imponiendo, y el desánimo poco a poco en mí iba creciendo, hasta que cuando menos lo esperaba llegó la tan ansiada picada. Esta fue brutal, frenando en seco aquel señuelo que entre aguas avanzaba. Sorprendido, pues ya estaba a punto de desistir, reaccioné como aquel al que abofetean para despertarlo. Rígido me quedé con la caña alzada que el brío el animal doblaba amortiguando sus brutales embates, hasta que este al faltarle las fuerzas después de una enconada lucha, se entregó. Era una lubina grande, pero le faltaba casi un kilo para llegar a robalo, con sus algo más de tres quilos mostraba ya una fuerza y una lucha importante, te obligaba a emplearte a fondo. Una vez que me hice con ella, durante un tiempo insistí con renovados bríos, la marea bajaba con rapidez y al no sentir otra picada que mis ansias renovaran, retrocedí a mi izquierda buscando el puntal ya accesible.

      Ya en el frente del puntal, enormes algas de cintas bailaban al son de las olas, pero por el centro de aquel bosque sumergido había un canal limpio por donde el mar penetraba con fuerza. Lancé mi señuelo a través de aquel camino que señalaba el infinito, cayó a lo lejos, en centro de aquel cauce enquistado entre algas que serpenteaban ondulantes al vai-ven de aquel mar acompasado. A suaves tirones nadaba deslizándose por una pista que lo traía de vuelta, al acecho y  escondidas entre las algas las lubinas observaban como lobas el nadar sinuoso y algo torpe de aquel pececillo descarado que desafiaba a su instinto depredador. Una y otra vez, aquel pez inconsciente las desafiaba y desconcertaba, hasta que se encendió la ira de una de aquellas lobas que se lanzó a por el, bastó que una de ellas se lanzara para que en las otras su instinto despertara. Perseguían mi señuelo y mordían el anzuelo, las arrastraba en frenética lucha hasta que las sacaba. Una detrás de otra mi señuelo atacaban, unas desaparecían y las otras no entendían, su voracidad las confundía mientras yo entendía el porqué de la presencia en las pozas de unos peces que escaparon a sus ansias depredadoras. Me encelé de tal manera que cometí un error de principiante. Después de sacar varias lubinas, el sedal al estirar fue apretando el nudo del lazo que sujetaba el señuelo hasta que se debilitó, por eso durante la lucha con la sexta lubina señalada este rompió, la lubina herida por el señuelo que llevaba clavado en la boca, comenzó una loca huida arrastrando consigo a todas las demás, a partir de ahí se estropeo lo que parecía un extraordinario día de pesca. "Cuando se está pescando animales de cierta entidad se debe tener la sangre fría de parar un momento y volver anudar el señuelo".

      Afortunadamente aquel día quedó grabado en mi memoria para siempre, entre otras cosas, por la rotura del nudo del sedal y por los peces acorralados en las pozas, a partir de ahí esto fue una pista importante en el devenir de futuras experiencias.

jueves, 7 de febrero de 2013

SOBRE-SUELDOS Y TECNOLOGÍA

     Durante la década del prodigo económico, todos los políticos de un signo u de otro doblaron sus sueldos cuando no los triplicaron, pero es que además los altos cargos se rodearon de unos mal llamados asesores, con una media de ingresos de entre 30.000 y 50.000 euros de salario anual cada uno, y digo mal llamados asesores porque en la mayoría de los casos fueron personas escogidas por el político de turno; entre familiares, amistades o como pago de favores a militantes y simpatizantes de los diferentes partidos gobernantes, estos asesores que nunca asesoraron porque no sabían de lo que asesorar, se reprodujeron como setas por las diferentes administraciones. Su inutilidad fue amparada por una legalidad de conveniencia   partidaria, moralmente no fue más que un expolio de las arcas públicas (corrupción amparada en la legalidad echa a medida del  interés de partido gobernante) y lo peor de todo esto es que incluso actualmente, dentro ya de una crisis brutal, continúan llevándoselo crudo. Esto es un escándalo pero tiene cobertura legal, y aquí si que no se recorta ni se retrotraen unos gastos que para lo único que sirven es para contentar a una camarilla, que les hacen el trabajo sucio de campo a unos políticos hipócritas que tratan de dar una imagen de honradez, competencia, trabajo y sacrificio que no es más que una película de ciencia ficción.

     La ambición de practicamente todos, sean de un signo o de otro, es sacar tajada electoral, para así continuar en el poder lucrándose con unos ingresos formales, que como no satisfacen sus espectativas, los complementan con unos sobre-sueldos provinientes de la economía sumergida, a la que ellos y las organizaciones que representan están obligados a combatir. La corrupción es intrínseca con la mayoría de nosotros, por lo que es necesario más control. El Estado tiene que dotar a la Justicia, sin cicatería de ninguna clase, de un sistema lo suficientemente bien dotado con los mejores medios que ofrece la tecnología actual, para rastrear y cruzar datos hasta descubrir a los que meten mano en la caja de todos. Hoy en día hay medios técnicos  suficientes si se quiere, para impedir el fraude pero no lo hacen por que les gusta demasiado el SOBRESUELDO.

     La tecnología actual permite rastrear y cruzar datos recientes y también de una década atrás. Aunque muchos delitos han prescrito, revolviendo en la mierda si se quiere se encuentra el hilo por donde hay que tirar. Y si los unos y los otros se ponen de acuerdo, tienen la suficiente mayoría para modificar todo lo que haya que modificar para recuperar muchos miles de millones de euros robados en la última década del prodigio, pero claro no lo van hacer porqué muchos de ellos son corruptos y podrían dar con sus huesos en la cárcel.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Relatos de un pescador afortunado: SARGOS EN SUAVELA




SARGOS EN SUAVELA
 
     En aquel verano de 1995, en el mes de Julio fue cuando disfruté de mis vacaciones, hasta allí siempre las había disfrutado en Agosto, y esto que parece una cosa sin mayor importancia, condicionó y de que manera el desarrollo de mi afición favorita. Tan  pronto tuve oportunidad visité la costa de Suavela en Donón, costa donde el año anterior y en el mes de Agosto había vivido un episodio memorable pescando lubinas, (ver “El General y la tropa).

     Pero en este año ya nada sería igual ni parecido. Recuerdo que el primer día que por allí me asomé el mar tenía un punto razonable y, me animé a bajar a la postura llamada por algunos “El Facho”, donde tan buenas experiencias había vivido el año anterior. La primera semana la visité hasta tres veces, y las tres fracasé, no sintiendo ni la más triste picada. La semana siguiente opté por bajar desde el mirador de Donón por el cañaveral, hasta la zona del playal. Allí alguna lubina pescaba, pero eran tan pequeñas que acababa por soltarlas de nuevo a la vida. Cuando más desanimado estaba, la presencia de un nativo del pueblo que paró a charlar un rato de pesca conmigo, acabó por decidirme a cambiar la forma de pesca y la clase de posibles capturas, este buen hombre me explicó que aquel año, al contrario que el anterior, no estaba siendo bueno para la pesca de la lubina, pero que los sargos abundaban, que solo había que cambiar la técnica de pesca, y que con algo de paciencia los resultados no se hacían esperar. Decidí seguir su consejo.

     Al día siguiente madrugué, pues quería coger la bajamar para capturar bicho para pescar. En aquel arenal abundaba un bicho largo, muy frágil, pero de efecto demoledor. Por lo visto era un bocado muy apetitoso para los sargos, lubinas, doradas e incluso rodaballos y lenguados que abundaban en aquella zona, aunque estos últimos acostumbraban a comer de noche. Como la marea estaba en su cota más baja, no me fue difícil hacerme con un buen puñado de bicho que algunos llamaban “dinamita”.

     Las cañas que yo empleaba para pescar no eran las más adecuadas para este tipo de pesca, pero una telescópica de 4.20 metros se adaptaba bastante bien. Como el fondo era arenoso y no había peligro de enganche, se podía  utilizar un sistema de pesca, que yo llamaba “sin hacer frente”, me explico: Estaba armado con un sedal del 40, en el final de línea montaba un giratorio como tope, para un plomo perforado de forma alargada, que permitía correr el sedal por su interior, cuando algún sargo picaba y tiraba, este tragaba el cebo con toda facilidad, ya que nunca dejaba tenso ni bloqueado el sedal, cuando este corría después de una picada, bloqueaba el carrete y clavaba el pescado. Del giratorio hacia la caña corría el plomo libremente por el sedal, y viceversa, del giratorio en adelante, montaba una brazada de sedal de 0,30 mm., de grosor, donde en su punta empataba un anzuelo del número dos   con pata larga, para que en caso de tragar a fondo los sargos, no me cortaran con los dientes el sedal.

     Sobre el papel todo estaba en orden, solo hacia falta acertar donde acostumbraba a comer el pescado, por sentido común, razoné, que sí el año anterior en los remolinos que se formaban al subir la marea comían las lubinas, los sargos no iban a ser menos, y que como los remolinos removían el fondo arenoso, hábitat natural del bicho que acababa de capturar para pescar, lo sensato era intentarlo lanzando al centro de un remolino, y acerté, vaya si acerté.

     Recuerdo que a la derecha del playal, donde este acaba y empiezan las rocas, había uno de estos remolinos que se alcanzaba sin demasiado esfuerzo al lanzar. Lancé mi aparejo al centro del remolino, la marea llevaba como una hora subiendo y aún tardó un rato en producirse la primera picada, pero cuando esta se produjo no había duda de que correspondía a un animal de una cierta entidad. El sedal comenzó a correr, agarré la caña y fui dejando ir sedal, hasta que consideré que el animal había tragado el cebo, bloqueé el carrete y al clavar y hacerle frente, el tirón fue bestial, tiraba hacia el fondo y ladeado, era como si tiraras de un tapón mas que de un pez, la forma de luchar era muy distinta a la de las lubinas, hasta que lo tenía en la superficie donde todo era más fácil y rápidamente lo izaba hasta mi posición, volviendo a encarnar con dos o tres bichos enteros, como una especie de pequeño pulpo y nada mas lanzar la picada se repetía, volví a levantar un sargo de unos dos quilos de peso como el anterior, y así estuve una y otra vez, hasta totalizar cinco hermosos sargos. Cuando dejaron de picar, observé que al subir la marea y haber mas calado, el comportamiento del mar al romper se modificaba menguando en intensidad la fuerza del remolino, achaqué a aquella causa el que el pescado dejara de picar.

     Al día siguiente observé que las picadas en el remolino, empezaban casi una hora más tarde que en el día anterior, que cuando la altura de la marea llegaba al punto crítico, las picadas comenzaban a producirse. Fue curioso, empecé un lunes con las picadas dos horas después de la bajamar, y como esta avanzaba cada día unos cincuenta minutos, continué el martes a partir de las 8.50 horas, el miércoles a partir de las 9.40, jueves 10.30 y viernes a partir de las 11.20. El pescado empezaba a comer condicionado por la altura de la marea, y el único día que el mar de fondo quedó parado esa semana, ya no comió.

     Esta experiencia me sirvió de mucho, a partir de ahí aprendí a afinar en este tipo de pesca, e incluso llegué a idear para ganar tiempo y tener mas agilidad a la hora de pescar, el tener conmigo varios terminales ya encebados, así soltaba los sargos con el terminal en la boca, y de inmediato montaba otro terminal ya encebado, prendiéndolo del giratorio. Esto me permitió aumentar el número de capturas en el limitado tiempo que los sargos comían.

     Fue muy bonito mientras duró (una semana), después vino una encalmada de casi dos semanas y prácticamente ahí murió la experiencia. Ya al final del mes pude volver a repetirla un par de días de nuevo, pero con la grata sorpresa, de que en uno de esos días, conseguí pescar una preciosa dorada de cerca de tres quilos. Mas adelante, pero eso ya es otra historia, pasado el tiempo pude vivir una situación parecida en la playa de Sayanes.



martes, 5 de febrero de 2013

ECONOMÍA, IMPUNIDAD Y ESTUPIDEZ

     Los nuevos patronos encargados de la reinstauración del beneficio por la senda de los nuevos tiempos en que ya se empieza transitar, comienzan poco a poco pero sin pausa a "educarnos" para que vayamos asumiendo que lo que nos espera es irremediable.

     El gran recipiente del beneficio capitalista ya no rebosa aunque sigue lleno, y como ya no rebosa a los que estamos fuera de ese recipiente ya no nos llega el reflujo de las sobras que nos alimentaban. Nos dicen sin ningún tipo de miramientos, que la fiesta a la que fuimos invitados se acabó, que nos vayamos y que nos busquemos la vida, nos cierran la puerta y nos ponen en la puta calle. Ellos ahora van a digerir el producto de los años de bonanza puesto a buen recaudo en los paraisos fiscales, disfrutando del beneficio. Necesitan paz y tranquilidad durante diez años al menos, para poder planificar con tiempo una nueva oportunidad de negocio, cambiando todo lo que haya que cambiar, para que haya de nuevo sobras para todos y asi sacar de la indigencia a la chusma que tanto les incomoda. Mientras tanto mercenarios y si hacen falta también sicarios harán su trabajo para controlar a la masa de inconformistas que amenazan sus pretensiones.

     Lo que ocurra en estos diez años de transición y espera es dificil de pronosticar, aunque catedráticos de economia hacen de gurús en los medios de comunicación y, en algún caso pronostican el apocalipsis de la humanidad, donde 500 millones de los 7.000 millones de seres humanos continuarán el camino, dejando atrás 6500 millones de muertos, dixit, Niño Becerra, La Voz de Galicia, el dominical de 13-11-11. Se acabará por establecer una red político-empresarial para saquear las cuentas públicas, dixit, Francisco Bastida, Faro de Vigo 15-11-11. La plutocracia está convencida de que pueden hostigar a la sociedad cargando sobre los trabajadores las consecuencias de una crísis, que ellos no han provocado y creen que pueden hacerlo impunemente, sin que haya una reacción popular, dixit Antón Costas, Faro de Vigo 13-11-11. Los gobiernos están sometidos por el capitalismo salvaje, deberían controlarlo y no ser sus siervos, "dixit" Max Otte, economista de referencia en Alemania, Faro de Vigo 15-11-11.

      Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena, "dixit" Ghandi. La estupidez humana nos está llevando a un punto de no retorno, necesitamos reaccionar ya, están jugando con nosotros.

LA ESTAMPITA Y EL TOCOMOCHO

     Hubo un tiempo en que los hoy mileuristas ganábamos un salario pequeño pero suficiente para llevar una vida digna, que sin alardes nos llegaba para finalizar el mes con cierta holgura. Como asalariados cobrábamos en pesetas tanto como mil euros (166.000), y nuestro poder adquisitivo nos permitía una calidad de vida que ahora no tenemos ni por asomo. Con 5.000 de las antiguas pesetas hacíamos compras inimaginables con los 30 euros actuales. Después de más de una década desde la implantación del euro, pasado este a pesetas, no llegaríamos a las 200.000 de ingresos por mes, apenas un  20% más.

     No hace falta ser muy listo para ver el cambiazo que nos han dado a los asalariados, expoliaron nuestros sueldos pero lo dimos todo por bueno, nuestros políticos nos convencieron de que el ingreso en el euro era un paraguas que nos guarnecería ante cualquier crisis. Lo que no nos advirtieron es que ese cobijo solo protegería y favoreceria a las grandes empresas y a los especuladores. Si en el año 2.001 nos dieron el timo de la estampita, ahora mismo en plena crisis, con la engañifa del tocomocho nos han dado el toque de gracia final.

      El resultado es el empobrecimiento general para el enriquecimiento de la élite, "de la mano que mece la cuna": La banca, las multinacionales, la cúpula de la Iglesia y la plutocracia. Todos estos junto a los adláteres necesáreos siembran el engaño para recoger los beneficios que los alimentan y engrasan su maquinaria sofisticada y demoledora. Es la Unión Europea de la conveniencia para la mejor explotación de la clase humilde y trabajadora.

viernes, 1 de febrero de 2013

JODERÁS A TU PROJIMO SACÁNDOLE EL MÁXIMO BENEFICIO

     1.- Petición de rescate para que los especuladores no devuelvan lo robado y la deuda la devuelvan los trabajadores y, así se les garantice el cobro a los inversores-especuladores de la Comunidad Económica Europea.

     2.- Control del déficit con recortes generalizados y sin ninguna garantía de recuperación de derechos elementales y necesáreos para la coexión social.

  3.- Reforma fiscal para quien gana mucho pague por obligación poco, exortándolos encarecidamente a que sean caritativos con sus hermanos dejados de la mano de Dios (cáritas diocesanas).

     4.- Credibilidad de los presupuestos para convencer a las garrapatas especuladoras de que nuestra sangre les fortalecerá.

     5.- Saneamiento de la banca para hacernos cargo de la deuda de los ladrones de cuello blanco, sin que estos paguen por sus tropelías.

     6.- Viabilidad del banco malo para que todos los pufos juntos, sean privados o no, acaben siendo pagados por el erario público.

     7.- Actualización de las pensiones mediante congelación y reducción.

     8.- Impulso al crecimiento para el enriquecimiento de los ya muy ricos hasta que revienten y sus sobras alimenten a la plebe.

     9.- Igualdad de las rentas por abajo para los de abajo.

    10.- Nueva política europea para esclavizar a la masa obrera imitando a los chinos. Vida arrastrada, del trabajo para casa y de casa para el trabajo.

     Estas diez condiciones se dividen en dos:
     Amarás al Dios del dinero sobre todas las cosas.
     Joderás a tu prójimo, sacándole el máximo beneficio.