lunes, 11 de febrero de 2013

EL MILAGRO ALEMÁN TAMBIÉN AQUÍ


     Poco a poco se van despejando las incógnitas y se van apreciando los cambios que desbrozan el camino que nos conduce al nuevo orden. Las clases sociales dominantes, los más ricos y poderosos junto a los ricos menos ricos están moviendo los hilos de las marionetas a su servicio, para imponer de una vez por todas y para siempre las nuevas reglas por las que se ha de regir el destino de la clase trabajadora.

     Parece que el ejemplo a seguir es el de Alemania, que se a puesto en cabeza de la nueva y tercera revolución industrial; con su apuesta pionera por la producción descentralizada de energías renovables y su combinación con Internet, aunque la verdadera revolución tendrá lugar cuando la energía se transmita por la red y la inteligencia colectiva regule su uso (Jeremy Rifkin). Mientras tanto no se haga realidad esto que parece ciencia ficción, nosotros parece que tenemos que seguir las directrices alemanas, si queremos sobrevivir aunque sea en precario, como lo están ya haciendo el 50% de los mismos ciudadanos germanos. En Alemania no es oro todo lo que reluce; desde 1990 los ricos pagan un 10% menos y la clase media y trabajadora un 13% más, los salarios han tenido una mengua del poder adquisitivo del -1%, los beneficios de las empresas han crecido un 36%. En Alemania existen más de cinco millones de puestos de trabajo, con un salario inferior a los 500 euros mensuales. Es una manera de camuflar parados mediante los minijobs, esto es lo que nos espera en España a partir de ahora y así el Sr. Rajoi, o el que le sustituya, podrá llegar a presumir de una tasa de paro de alrededor del 10%.

     El resultado final de todo este proceso que quieren implantar en nuestro país es: que en el año 2.012 el 1% de la población alemana posee el 23% de toda la riqueza del país, el 10% más favorecido posee el 60%, mientras la mayoría absoluta del país, el 51% de su población, sólo dispone del 2% de la riqueza total.

     Esta política que se quiere instaurar también aquí, en España, dió como resultado que las empresas se quedaron, después de la purga, sólo con los trabajadores mejor dotados y los que les resultaban más baratos. A los jóvenes los dejaron con un trabajo precario, cobrando salarios de 500 euros de media y practicamente sin derechos. Una vez que echan a la calle a los veteranos, contratan a jóvenes en precario y siempre de forma temporal.

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