sábado, 1 de septiembre de 2018

Todo es pedal pero no es igual V: ORGULLOSO DE HABERLO CONSEGUIDO



    A mi edad ya no busco la vanidad. La arrogancia y el engreimiento están demás, pero a veces me asombro de algunos logros, que ya jubilado han sido como revulsivos que me han rejuvenecido. No quiero ser presuntuoso pero todo lo que consigo es fruto de mí esfuerzo y sacrificio, no soy el mejor en nada y no pretendo serlo, solo aspiro a estar satisfecho conmigo mismo. 

    Sentado en mi mecedora me relajo y diviso desde la terraza en lontananza la cumbre del Cepudo, un monte que parece estar a tiro de piedra de mi casa, fue un desafío al que ya he vencido, ahora ya no es más que un gratificante paseo del que ya no me apeo, son 12 km. de pedaleo con 500 m. de desnivel que ponen a prueba mi fortaleza y que ya no son para mi ninguna proeza y si una costumbre para mantenerme en forma.

    Si me lo cuentan hace cinco años, cuando aprendí a andar en bici ya con sesenta, la incredulidad sería mi manera de pensar, por eso hay que intentarlo siempre y creer, la fe mueve y conquista montañas. La manera de creer, de creer en mi y en mi fuerza de voluntad me lleva a subir a los sesenta y cuatro al Cepudo y cuando se tercia al Arruidos. Que ya se terció de una tacada sin premio y por nada, sólo por la satisfacción de verme plenamente realizado y orgulloso de haberlo conseguido.