ACOSO Y CÓDIGO DEONTOLÓGICO

     Un Gobierno con 12 ministerios, 24 secretarías, 48 subsecretarías, 96 direcciones generales y un ejercito de hasta 20.000 puestos de asesores a repartir entre militantes afines y familiares de estos y de los altos cargos, supone un bocado muy, pero que muy apetecible. El problema ya no es el número de conmilitones, el problema es que el poder los ciega y pasan a no ver, ni saber nada y mientras tanto sus medios afines, prensa, radio y televisión no hacen ni  hicieron nada de nada por denunciar la corrupción generalizada que infectó e infecta a todos y cada uno de los entes configurantes de las distintas administraciones públicas.

     Sin embargo Podemos y sus representantes están siendo acosados por esta prensa y acusados desde el odio y la falsedad por los beneficiarios del sistema que temen perder sus privilegios. Los acosan como antes nunca nadie en este país lo había sido. Si hubiesen puesto la mitad de ese empeño en vigilar a los que nos han gobernado hasta ahora, hubiera sido imposible que las instituciones hubieran llegado a tal nivel de corrupción y saqueo. Los medios de comunicación acosadores y sus periodistas nunca hicieron nada, ni intuyeron, ni sospecharon, ni investigaron, en una palabra nunca hicieron nada por descubrir a tiempo los tejemanejes de la clase política gobernante y ahora no quieren asumir ninguna crítica por su comportamiento obsceno al pasar por alto  su código deontológico.

O YO, O EL CAOS

     Con el rollo de los matices, que magnifican a conveniencia, pretenden seguir en el poder aparentando ser imprescindibles, o yo, o el caos. Se creen imprescindibles y de alguna manera lo son. Son imprescindibles a la hora de mejorar las condiciones de explotación económica y ocultación de capitales para aumentar los beneficios de sus correligionarios, con los que comparten clase.

     Chantajean cuando no son capaces de convencer, dicen que el populismo lo único que tiene es un discurso atractivo, que a los populistas les gusta vivir sin trabajar, pero el crecimiento de lo que ellos llaman populismo, se debe, cada vez más, a la miseria moral y salarial a la que condenan a los trabajadores y a sus familias. Los ricos dicen que creen en Dios, pero viven de la apariencia en un teatro hipócrita y fraudulento, utilizan a las personas como a una mercancía más, desprecian a los que ellos dicen sus hermanos con la ignominia de no respetar su dignidad, fomentando por activa y por pasiva la miseria salarial y el recorte de derechos humanos, dejando como válvula de escape la caridad a su capricho y voluntad.

     En los paraísos fiscales están confiscados derechos y salarios. El importe del expolio está ya desvelado, los adláteres de los poderosos han trabajado con eficacia y han sido compensados, ahora que el truco se ha desvelado nadie procede a reparar el desaguisado. El podemismo es la única y última esperanza del pueblo violentado, burlado y maltratado, por desgracia más de la mitad de la población es  insolidaria  con ella misma e inconsciente de semejante varapalo. Su ignorancia les hace perder la batalla, ni a palos aprenden a no repetir el error del pasado, y acojonados se creen el... o yo, o el caos.

PONTEVEDRA NO PAGA A TRAIDORES

     Dicen que "es de bien nacidos ser agradecidos", también se dice que "Roma no paga a traidores", en este caso Pontevedra. El Sr. Rajoy, un político adicto en su tiempo al régimen de Franco y por tanto franquista afiliado a la Alianza Popular, heredera y cajón de sastre, donde se acogió a lo mas florido, granado y podrido de la gerifalcia franquista. Fascistas oportunistas que buscaron el amparo y perdón para seguir chupando y robando como ya está probado y comprobado después de los escándalos sabidos y por saber en un partido populista, radical, cerril, desintegrador y protector de la fuga de capitales a los paraísos fiscales, al que votan doctrinarios, egoístas e ignorantes incapaces de ver más allá de sus pérfidas narices.

    Despreciado por su propio pueblo, (donde mejor lo conocen), declarado personaje non grato y abofeteado por un familiar, lo de Rajoy es patético. Injusto o no debería hacerle reflexionar, pues a ningún gobernante le pegan ni desprecian en público sin motivo, su traición conlleva el envenenamiento de una comarca, y no hay perdón para el que pone en disposición la explotación por sesenta años más de un territorio ya deteriorado hasta la extenuación. Su conciencia debiera demandar la finalización de la contaminación buscando una solución en la que prevalezca el respeto al medio ambiente y a las personas sobre el beneficio económico de unos pocos. Para que así por fin pueda ser respetado, considerado, admirado e idolatrado como Vd. cree merecer, pero difícil lo va a tener.