sábado, 23 de febrero de 2013

ACOLITOS, ADLÁTERES Y FAMILIARES


     Los socialista de salón, de hoteles de cinco estrellas y demás vagatelas, se hicieron con el poder con el ansia de permanecer en él y fomentaron el reparto de prebendas entre acólitos, adláteres, y familiares, tal y como aprendieron de los peperos. Unos y otros se retroalimentan con el ejemplo dado siempre y cuando sea conveniente para sus inconfesables intereses. Pequeñas corruptelas que no llaman demasiado la atención pero que reconfortan al ejército de acólitos en busca de favores a cambio de fidelidad y trabajo de campo en las campañas electorales. Unos aprendieron de los otros y ahora todos se escudan en el tú más y tú peor, pero a los ciudadanos ya no nos valen las medias tintas, la catarsis tiene que eliminar, fulminar, hacer desaparecer toda clase de entramados que unos y otros construyeron para así ganarse la fidelidad de acólitos, adláteres y familiares, que hacen el trabajo sucio por ellos, a ninguno de estos les mueve su vocación de servicio, sino que se mueven por el interés personal y ellos lo saben y los incentivan mediante corruptelas que socavan la igualdad de trato y la justicia social.

      La obediencia y el servicio al partido está hoy por encima del servicio público, para que queremos unos partidos incapaces y encorsetados que se pasan las legislaturas mareando la perdiz en espera de que las circunstancias favorables les echen un cable para lucrar al ejército de chupones y mangantes oportunistas que componen sus listas. 

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