domingo, 14 de abril de 2013

LIBERTAD MAL ENTENDIDA, LIBERALISMO


     España es un país de aprovechados y buscones. Muchos españoles si tienen la oportunidad de robar, estafar y cobrar indebidamente lo hace y además se jactan de ello. Algunos son tan imbéciles que no tienen el menor recato en propagarlo a los cuatro vientos, son usos y costumbres de las últimas diez generaciones por lo menos. Fuimos y seguimos siendo ciudadanos-aldeanos de un país muy cortito y culturalmente muy pobre, por saber ni sabemos lo que nos conviene, somos tan cobardes que arrojamos la piedra y escondemos la mano, nunca somos culpables de nada pero siempre tropezamos una y otra vez en la misma piedra, acabamos dando el poder a quienes nos engañan nos machacan y explotan, en definitiva sintiéndolo mucho al final tengo que reconocer que tenemos lo que nos merecemos. Una mayoría de españoles se comportan como imbéciles y joden a una minoría que si sabe comportarse, la democracia en manos de ignorantes es como una dictadura. No, no me siento orgulloso de mis compatriotas que acumularon una deuda de tres billones de euros (entre la deuda privada de las familias y la deuda también privada de las empresas no públicas), gestada en la "década prodigiosa", por un ejercito de irresponsables, que con la aquiescencia de las autoridades económicas de este jodido país han terminado por hundir a España y especialmente a las clases medias y trabajadoras. Se permitió a la banca privada y semipública (cajas de ahorros), la total libertad para extender una red de préstamos pequeños, medianos y grandes para que todo el mundo se sumara a la fiesta del capricho y la apariencia. Todo ello sin garantías ni avales suficientes para tal dispendio.

     Se sobreentendía que todo esto pertenecía a negocios del ámbito privado y que el Estado no debía intervenir para no coartar la libertad. El liberalismo más salvaje al que le dieron alas, globalizándolo las  politicas de Teatcher y de Reagan, se extendió contaminando lentamente pero sin pausa el sistema económico mundial, sustituyendo el mercado real de productos tangibles por un mercadeo especulativo y virtual que siempre pregonó la derecha insolidaria y explotadora, y acabó por consentir el socialismo de salón. Camparon  a sus anchas las oportunidades de negocio expoliador y florecieron como capullos en una primavera húmeda y fértil, la España hortera y chabacana fue el despiporre. Mientras tanto los que de verdad sabían lo que se cocía se beneficiaron todo lo que quisieron y más: banqueros españoles, franceses y alemanes, grandes empresarios y multinacionales acudieron a desvalijar  a una nación llena de ignorancia, irresponsabilidad y egoísmo, que al tener libertad no hizo más que tirar y malgastar la oportunidad de crear una sociedad más justa y equilibrada.

     Y ahora que terminó la fiesta, como siempre, tenemos que pagar justos por pecadores, y es que además al parecer no nos queda otra, si no queremos que la honda expansiva arrase con todo, mientras tanto la Iglesia (la esperanza de los ingenuos) sigue muda porque está comprometida con los banqueros, con las finanzas mundiales en espera de cobrar sus primas a final de año.

     Hasta ahora los recortes y ajustes han ido en una sola dirección. ¿Cuando empezarán las verdaderas, las de la limpieza política y de la igualdad entre la ciudadanía? ¿Cuando la Iglesia pagará impuestos, para cuando la reducción drástica de políticos, eliminación de diputaciones y senado? ¿Para cuando un solo sueldo por político y la eliminación de coches, dietas, sueldos vitalicios, puestos de confianza? Cuando los que más tienen pagarán más como las grandes fortunas. Hasta ahora, solo los trabajadores han pagado por el error de una política deliberadamente puesta en práctica para y por el interés de los especuladores los únicos y grandes beneficiados.

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