domingo, 14 de abril de 2013

CRISTIANISMO DE CONVENIENCIA


     El año 2013 es el año con las cuentas mas austeras de la democracia, los recortes económicos recaen sobre todo en la parte más débil y desprotegida de la sociedad. La Iglesia recibirá a cuenta del Estado, la misma cantidad que venía percibiendo hasta ahora, 13.266.216 euros mensuales. La Iglesia va por libre y la crisis no le supone recorte alguno, su solidaridad no es más que una falsa intención. La Iglesia es rica y para los ricos, la pobreza y los pobres son su coartada para justificar el tinglado montado.
 
     No hay que esperar a acoger a los más pobres y débiles, hay que salir a su encuentro, salir en su búsqueda y rescatarlos de la miseria y la enfermedad, ellos por si mismos no irán a vuestro encuentro pues desconfían de vuestros gestos, tenéis que ganároslos con afecto, generosidad y amor cristiano, tal y como haría Jesús. Pero esto requerirá de sacrificio y renuncia, muy pocos de los que manejan los hilos de la Iglesia se sacrifican por sus semejantes, por no decir ninguno.

     Dios quiere un pastor cuyo corazón esté con los pobres, pero también quiere que los más pobres tengan una ayuda tangible por parte de los creyentes más poderosos e influyentes para rescatarlos del paro, desahucios, estafas, enfermedad y demás abusos de una clase dirigente que se dice cristiana.

     La buena voluntad es muy loable, pero las buenas intenciones sin esfuerzo se quedan en nada. Fuerza de voluntad y sacrificio con constancia llevan a conseguir objetivos. Constancia en el sacrificio es lo mínimo que tiene que ofrecer un creyente para ser creído. Pueden empezar por lo más fácil, denunciar y avergonzar comportamientos de cristianos confesos, con aptitud hipócrita y pecaminosa para con los más pobres y necesitados, comportamientos que son del dominio público como la doble moral de la banca vaticana que  debe ser convertida en una banca ética, dedicada al microcrédito para ayudar a los necesitados y eliminar el acceso que hasta ahora tienen todos los empleados del Vaticano, con hábito y sin hábito, a las cuentas blindadas libres de impuestos y que pueden administrarse de forma opaca.  Infinita paciencia es lo que Dios tiene con semejante tropa, unos son contemplativos e inanes y los otros pro activos interesados que no tienen ningún reparo en el expolio económico y de derechos de los más pobres, enfermos y necesitados.

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