domingo, 7 de abril de 2013

APOCALIPSIS MORAL EN EL VATICANO


     Los delincuentes de la economía, esos que en apariencia son señores de primera categoría, encuentran un filón de oro al depositar el fruto de sus fechorías en países que sirven de lavadero al dinero negro, dinero procedente, en la mayoría de los casos, de actividades mafiosas y de estafas a sus compatriotas. No me estoy refiriendo a ningún país tercermundista, sino a países europeos con una marcada historia de cultura y educación por encima de la media: Luxemburgo, Chipre, Malta, Andorra, Mónaco, San Marino, Liechtenstein, colonias británicas como Gibraltar y por fin el país sobre el papel, más sorprendente de todos, El Vaticano, si han leído bien, El Vaticano, el centro del universo, el ombligo del mundo, el lugar sagrado por excelencia es un antro de corrupción y  sirve de lavadora de dinero negro procedente de delitos inconfesables, donde es raro el habitante con hábito o sin hábito que no especule con ese dinero.

      Sorprendentemente es algo público y se habla de ello con absoluta naturalidad en los medios de comunicación, lo acabo de escuchar de boca de una catedrática de economía en el programa La Ventana, en la cadena Ser. Si ya antes era escéptico, ahora ya acabo por no creer en nada ni en nadie. Esto es el apocalipsis moral, después del desastre económico.

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