viernes, 18 de enero de 2013

EL INTERÉS Y LA ESTAFA

       Los ladrones de cuello blanco sirviéndose de adláteres corruptos están entrando a saco en nuestros bolsillos, valiéndose del entramado político-judicial en que han convertido el sistema democrático nos tienen bien cogidos y de que manera nos exprimen la cartera. Aprovechan nuestra dependencia de lo imprescindible para hacer negocios inmorales y fraudulentos. Juegan con nuestros derechos (ver artículo 128 de la constitución) y nos engañan abusando de nuestra buena fe. Estos especuladores y sinvergüenzas, después de reventar el mercado inmobiliario, han buscado refugio en compañías eléctricas y petroleras, dejando tras de sí la ruina de millones de familias y no contentos con eso ya están todos de acuerdo para continuar su linea de negocio, haciéndonos pagar unas plusvalías infames por la electricidad y gasolinas que nos venden a precios desorbitados, arrasando por completo el ya precario estado del bienestar.

        Mientras tanto populares y socialistas junto a los nacionalistas de derechas dan amparo a estas prácticas, con la inestimable colaboración del poder judicial y la cúpula de la Iglesia, que bendicen esta masacre sin denunciar unas prácticas ilegales y pecaminosas contra el interés general, al que desde el punto de vista legal, ético y moral están obligados a defender.Estamos abandonados a nuestra suerte, esta deriva nos lleva al cáos precipitando unos acontecimientos sobre otros sin que nuestros dirigentes hagan nada por evitarlo, unos por qué no saben y otros por qué no quieren. Disimulan y dejan  pasar unos acontecimientos que los superan, con la esperanza, de que cuando el temporal amaine ellos continúen acaparando riqueza y relevancia social, siempre a costa del susodicho interés general.

       Altos excargos de los partidos que tocaron el poder acaban  en los consejos de administración de grandes empresas que fueron públicas y que esos partidos ayudaron a privatizar, reservándose un 20% de los puestos de los citados consejos, donde se acomodan a políticos que tuvieron responsabilidad de gobierno y que hay que contentar de alguna forma para que no incordien al sistema, es una forma de seguir cebándolos para que no digan inconveniencias. Entre todos ellos ingresan unas canongías que suman muchos millones de euros, euros que nos cargan en los recibos a los clientes-contribuyentes estas empresas: compañía de aguas, gas y electricidad, petroleras, bancos, empresas de telecomunicaciones, etc. Esto no es un juego inocente, aquí existe una estafa encubierta, que atenta contra los ya menguados ingresos de los trabajadores, pensionistas y familias que están sufriendo las consecuencias de una crisis salvaje y demoledora.

       Todos estos delincuentes son conscientes de que su sueldo es un sueldo robado, pues su labor es completamente inútil para el interés general de los ciudadanos, clientes cautivos de esas compañías que especulan con nuestros derechos y que nos expolian con el beneplácito de la clase política gobernante.

     

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