No pongo en duda de que España es un gran país a pesar de las derechas extremas con las que nos ha tocado convivir políticamente, lo que pongo en duda es la capacidad del intelecto de aquellos españoles que votan una y otra vez a delincuentes y mentirosos como es público y notorio. Votantes, que aparte de sectarios y prosélitos oportunistas, cuando no ignorantes y cortos de entendederas, son gentes que hacen del odio y el rencor su forma de vida. A veces caen en la cuenta de su error pero su sectarismo, que raya en la enfermedad, les impide reconocerlo.
Lo que ha sucedido en Madrid, echar a una persona honrada y poner de nuevo a una banda de ladrones, deja en un nivel que roza la subnormalidad a muchos madrileños y bien que lo siento. Las vanguardias de mi querida España siempre fueron Madrid y Barcelona, pero algo está pasando, por cierto muy malo, cuando la escoria de la sociedad, corrupta hasta la saciedad y representada por el nacionalismo español y catalán, detonantes y autores de la corrupción y el mal gobierno hasta llevar a España al estado catatónico actual. Logran de nuevo el poder y sin ningún propósito de enmienda. Hay que ser muy imbécil o un oportunista que espera sacar una buena tajada, para apoyar de palabra y obra ha semejante caterva de insolidarios y egoístas.
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