viernes, 29 de noviembre de 2013

Todo es pedal pero no es igual III: CON DOS COJ...., DOS RIÑONES Y UN GRAN CORAZÓN


     Abro el portal y salgo de mi casa en bici, esto hace unos meses sería un sueño y me resultaría increíble, pero es cierto, y pedaleando voy superando mi primer repecho, es corto pero duro, justo en su mitad se vuelve plenamente exigente, saco piñones y mariconeo, el esfuerzo es corto pero tremendo, las pulsaciones se disparan y mi corazón parece un jamelgo desbocado, cuando llego a la cima pronto me quito el agobio de encima, mi respiración se relaja y recupero el resuello, meto piñones y plato y me voy recuperando a medida que voy bajando. Luego llaneo y llaneo dejando atrás el asfalto, pero en cuanto tengo ocasión busco un nuevo repecho corto y duro que le de acción a mi corazón, el esfuerzo es brutal, intenso pero cabal y la sensación al terminar es sensacional, vuelvo a llanear y llanear y relajado me dejo llevar varios kilómetros sin parar hasta regresar, lo peor y lo mejor está por llegar.
















      La cuesta de vuelta a casa es larga, dura y por momentos brutal, me lo tomo con calma y empiezo a subir a ritmo de vals, bajo plato, y piñones dejo tres para tantear, comienzo el desafío, sentado en el sillín empiezo a jadear, pero aún que es duro el esfuerzo más dura es mi convicción, así que pedaleo y pedaleo con ritmo lento moviendo eslabón a eslabón, mi corazón me pide regulación así que bajo piñón cuando el primer gran repechón hace su aparición, mariconéo lo que puedo y con gran esfuerzo lo venzo, en el falso llano subsiguiente recupero piñón y regulo la respiración, sin tregua ya aparece el siguiente repecho que no es más que un muy duro trecho, bajo piñones y lo subo por mis cojones y a punto de reventar los pulmones, el falso llano que aparece me recupera y me hace seguir en mis trece.








   








       Comienza el rey de los repechos que me llevará a la meta de mi sueño de veleta. A golpe de pedal voy subiendo lo que me parece un intento criminal, sin levantar la vista me agarro con fuerza al manillar y me obligo a pedalear; subiendo y subiendo voy viendo que lo voy consiguiendo, cojo la última curva y ante mí aparece lo que parece una pared infernal, bajo el último piñón y me dispongo a mandar el penúltimo arreón. Aprieto los dientes y ajusto todos los órganos de mi cuerpo y a golpe de riñón veo que poco a poco subo como un campeón con el corazón a punto de explosión, centímetro a centímetro avanzo hasta coronar la cima completamente exhausto  pero con la satisfacción de derrotar al gran repechón, con mis dos cojones, mis dos riñones y un gran corazón.





1 comentario:

  1. Eres un crack amigo Ramos, digno de admiración... No todos a tu edad poseen esa voluntad que en mi genera envidia sana... Un saludo...
    Pantera Negra.

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