martes, 10 de enero de 2017

MACARRISMO Y BUENISMO POLÍTICO.


     Las medidas económicas se deben sustentar con un enfoque reformista gradual y continuo, combinándolas con valores de justicia e igualdad, ingredientes necesareos para el bienestar y la paz social. Los fallos cometidos por nuestros dirigentes, nunca reconocidos por los mismos, véase Aznar, véase Zapatero, fueron fundamentales para la ruina económica que sobrevino después de la década prodigiosa (1998-2008).  

     Esos dos dirigentes y sus equipos económicos fracasaron por cobardes y egoístas, su irresponsabilidad nos está saliendo muy cara, pero tanto ellos como sus equipos no han salido malparados. En vez de ser castigados con ejemplaridad, llevan una vida privilegiada en la que no les falta de nada. El problema es que quienes han tomado el relevo nos dicen que la solución al desastre heredado no pasa por el castigo, pues no resuelve el problema. Desde el punto de vista técnico quizá tengan razón, pero desde el punto de vista moral ayudaría mucho, serviría de ejemplo y de aviso a navegantes para no incentivar formas y maneras de macarrismo y buenismo político, tal y como sucedió y sucede ahora mismo.

     Concretando: si no queremos que se repita la historia, hay que cortar cabezas, arrancar malas hierbas y dejar de pagar y honrar a los sinvergüenzas que conformaron los gobiernos de Aznar y Zapatero, pues pusieron nuestras vidas en manos de especuladores y banqueros.

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