viernes, 9 de septiembre de 2016

SOLO DE FÚTBOL Y DE MUJERES SE HABLABA


     Desde bien pequeño y sin contaminación política de ningún tipo, empecé a discernir lo que estaba bien de lo que estaba mal, lo que me gustaba de lo que me disgustaba, en pleno franquismo y sin que nadie me aleccionara aprendí a separar la paja del trigo. A principios de los años sesenta del siglo pasado, en pleno régimen fascista y siendo todavía un niño, vi como la miseria, la enfermedad y la ignorancia a mi alrededor imperaban, también recuerdo el miedo a opinar y como los adultos cuchicheaban sin atreverse a hablar en voz alta y clara.

     En los bares del barrio, únicos lugares donde se fomentaba la "cultura" de la plebe, se reunían los adultos y el tema de conversación por antonomasia, versaba sobre fútbol y mujeres, aprovechando que ellas nunca transitaban por voluntad propia en dichos andurriales. De política no se opinaba absolutamente nada, con una excepción, los adictos al régimen si que opinaban con voz alta y clara sobre lo bien que iba la España que el dictador encabezaba, que todo el mundo trabajaba y que el equipo del régimen una copa de Europa tras otra, ganaba. Gloria para una patria cristianizada, pues Dios la protegía y amparaba. Chivatos falangistas (la mayoría padres y abuelos de los actuales populares) velaban para que nadie, excepto ellos, opinaran. Solo de fútbol y de mujeres se hablaba, con un machismo sectarista amparado en la ignorancia, a la mayoría nos aleccionaban. Gloria al Real Madrid yé-yé del 66, gloria al régimen del 36, haber quien era el guapo que no vitoreaba al equipo que el general adoraba. Gloria al Madrid, gloria a España y gloria a un régimen que a todos aplastaba. Ah, se me olvidaba... gloria a la mujer que sola y olvidada en su casa se quedaba. 

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