Socialdemócratas, centristas, liberales, demócratas cristianos y extremistas de derechas nos han gobernado desde que se implantó la democracia y, el resultado final es de un país a la deriva directo a la catástrofe. Todos los lobos disfrazados con los epítetos arriba mencionados son los culpables del desastre, ninguno de ellos a pagado por su incompetencia y osadía. No es lo mismo que una entidad política pague a que pague un dirigente (lo cierto es que cobran y bien que cobran), los dirigentes se van para su casa, observan el devenir de unos acontecimientos que se ensañan con sus compatriotas, y que a ellos solo les afecta en su ego personal y en la lástima de unos ingresos a mayores que dejan de percibir, el colchón lo tienen muy bien mullidito y garantizado en la mayoría de los casos de por vida (consejeros y asesores en grandes empresas que les pagan los servicios prestados por el expolio de los clientes cautivos de las tarifas de las eléctricas y petroleras). El sistema no les pide cuentas, al contrario, los protege, que a gusto se vive sin responsabilizarse del disgusto ajeno. Viva el sistema, viva la democracia a la medida.
Yo no os perdono. La cabronada que habéis permitido con vuestro pasotismo lleno de comodidad y cobardía yo no os lo perdono. Tanto unos como otros y ya no me importa en que medida de corresponsabilidad, habéis destruido el presente y el futuro de varias generaciones de españoles, estáis causando mucho sufrimiento a los más débiles de la sociedad, sufrimiento que llegará en muchos casos a convertirse en desesperación y muerte prematura. Lo que habéis hecho unos y otros no tiene perdón y lo único que se merece es un castigo en consonancia al daño causado. Si tuvierais un mínimo de dignidad y vergüenza, no solo pediríais perdón, sinó que fomentaríais una catarsis del todo el entramado político, no impediríais la acción de la justicia, repondríais los servicios sociales y las ayudas a las clases más débiles y necesitadas, cohesionando a una sociedad encaminada por vuestro proceder hacia una catástrofe peor que una epidemia sistémica de muerte y desolación auspiciada por tanto político cabrón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario