Sobre un promontorio de roca granítica, se asientan los eucaliptos que el fuego arrasó varios veranos atrás. Es curioso como estas criaturas del reino vegetal sobreviven y se multiplican sobre la roca, sus raíces penetran en silencio por los intersticios abriendo grietas por donde profundizan buscando agua donde parece imposible su existencia.
Asimismo y de esta manera ocurre con los políticos que sirven a una causa espúrea, moralmente inaceptable, como es gobernar al dictado de los mercaderes. Se fijan cual garrapatas sobre nuestras dependencias y negocian con ellas: nos manipulan, engañan y torean hasta sonsacar de millones de trabajadores la poca "agua" disponible. Gota a gota llenan el pozo de la crisis y crecen multiplicando su tamaño hasta alcanzar su meta, que no es mas que contornearse y levitar en las alturas mientras les servimos de anclaje.
La peste la tenemos encima, y estas hipócritas criaturas nos colonizan con sus mentiras. Si les prendemos fuego o las talamos por su base, retoñan una y otra vez, hasta secar y convertir en erial nuestra vida siempre a sus pies servicial. Por eso si no los arrancamos de raíz nunca encontraremos la fórmula para sobrevivir a tanto desliz.
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