Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea apoyan al gobierno de Israel en su masacre al pueblo palestino, les dan alas (armamento y munición a tutiplé) con la hipócrita advertencia de que su utilización no sea contra la población civil. Por cada miliciano de Hamás muerto asesinan colateralmente a diez niños y le joden la vida a cientos de miles de personas civiles.
En todas partes cuecen habas y en los dos bandos hay hijos de puta y cabrones, pero que los dos primos de Zumosol se alíen con el más fuerte y asistan incólumes a la masacre es despreciable e intolerable. Obama y compañía no pueden pretender joder y quedar vírgenes. El Dios al que ellos adoran, si existiera los expulsaría de la tierra y los mandaría al infierno de cabeza.
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