sábado, 14 de junio de 2014

CREER O NO CREER.


     La generación que nos gobernó hasta ahora está viendo que una nueva le empieza a pasar por encima, su obsesión no es más que conservar los derechos y prebendas que con el paso de los años fueron consolidando a base de engaños más o menos sofisticados. Defienden los intereses de su clase y ya no disimulan sus afinidades, ven que ya les llega la hora de dejar el poder pero quieren dejar todo atado, para defender lo que creen suyo si que son solidarios.

     Sus intereses de casta quieren poner a salvo como si fueran hereditarios. Ya no es solo la realeza la que busca su consolidación económica y de jerarquía, también los vasallos que sirven  a la causa quieren consolidar el botín de las  prebendas, haciéndolas extensibles en el tiempo para sus vástagos, pues ya no saben que hacer para mantener el ritmo de vida de tanto vago producto de una vida regalada sin pegar palo al agua.

      La regeneración que viene será el  producto de la generación más y mejor preparada, y no va a parar hasta ocupar su lugar, y su lugar no es otro que el que ocupáis vosotros los ociosos, que ya no tenéis gasolina ni para llevarnos a la esquina. Pero el dilema, es creer o no creer, a mi con Pablo Iglesias me pasa igual que con el papa Francisco, me caen muy bien pero no acabo de creer, y no es porque yo sea desconfiado por naturaleza. Llevo toda mi vida confiando en políticos y dirigentes que parecían buena gente y absolutamente todos me han decepcionado. A veces creo que no queremos ver lo evidente que no es más que este sistema se fundamenta en la hipocresía. Ojalá me equivoque y me la envaine, pero por ahora no acabo de creer en nada ni en nadie, aunque Podemos me tiene a la espectativa al igual que el papa Francisco. Ya veremos en que queda todo esto.

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