Cuando los especuladores (bancos y cajas de ahorros) ya no tubieron remanente para saciar la ambición de los de la soberbia, abrieron el negocio del expolio a los bancos franceses y alemanes. Estos vieron con asombro que la ineptitud de las autoridades económicas españolas les permitían con su garantía y aval desvalijar un país lleno de ignorancia, ingenuidad y corrupción. Entraron a saco, y con tres millones de millones de euros cebaron a los listos, oportunistas y corruptos. Empresarios de papel, que solo buscaban el negocio fácil y rápido fueron incentivados y apoyados por banqueros y políticos corruptos e irresponsables que se enriquecieron con ellos. La ingenuidad y la ignorancia de muchos españoles que pensaron que esto era jauja, llevaron a la banca nacional a pedir crédito francés y sobre todo alemán que financiara una ambición desmedida sin que los organismos de control gubernamentales de España y de la Unión Europea hicieran nada por impedir algo tan evidente como lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, y por eso acabaron de fundirle los plomos a la economía.
Ahora estos depredadores con la garantía del estado español, pues tienen preferencia en el cobro de las deudas en el corto y largo plazo, arrancan su beneficio especulativo desangrando las arcas públicas para alimentar a la banca financiera internacional. Si hay que elegir entre pagarles a ellos en plazo o dejar morir pacientes en la sanidad pública por falta de recursos primero son ellos. Si hay que elegir entre la educación pública o su abandono, que se abandone, primero siempre ellos. Dejaron nuestra economía sometida a la especulación, al parasitismo de rentistas e intermediarios financieros sobre trabajadores y pensionistas, que después de ser exprimidos por la vía tributaria lo serán también mediante la reducción de salarios y pensiones para pagar las pérdidas de los especuladores. Mientras tanto los empresarios-especuladores y políticos-corruptos, que hicieron el negocio de su vida llevándoselo crudo, continúan con su vida sin que nadie les pida cuentas por ocultar y poner a buen recaudo los miles y miles de millones estafados y que ahora tenemos que devolver si o si con el aval del Estado.
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