jueves, 26 de septiembre de 2013

Todo es pedal pero no es igual II: LIBERACIÓN



     Cuando aprendí  a andar en bici para mí fue como una liberación que me llenó de satisfacción, era una deuda pendiente que tenía conmigo mismo desde la niñez. Ahora que saldé la cuenta, me encuentro con que tengo que recuperar el tiempo disfrutando de la sensación de libertad que el ciclo me da. Ya se de mi limitación, soy consciente de que mi cuerpo está en plena regresión, pero aún así y todo, también se que dentro de mis límites tengo cancha para aprender, progresar y disfrutar, la base esta ahí  y sobre ella cimento esta buena y agradecida afición.

      Al asalto de pistas forestales salgo con mi bici, cuando llaneo o subo un repecho yo la monto y pedaleo, se me resiste en las bajadas descascarilladas y pendientes imposibles, entonces me desmonto y la paseo. La simbiosis es imperfecta pues todavía me peleo con las pedaletas, no aparto una mano del manillar aunque una mosca cojonera martirice mis narices y aún no me levanto del asiento subiendo y a veces siento que reviento. A pesar de todos estos inconvenientes se que mas pronto que tarde quedarán en mi memoria como anécdotas de un proceso de evolución hacia mi nueva devoción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario