lunes, 7 de noviembre de 2016

LA SOLIDARIDAD, PARA CON UNO, NO SIEMPRE EMPIEZA CON UNO MISMO.


     Estos días se cumple mi primer año como voluntario en el Banco de Alimentos de Vigo, siempre que me han necesitado he acudido a echar una mano. He visto y he observado que los voluntarios que acudimos en momentos puntuales a la cita, siempre somos los mismos, dos docenas lo máximo, pero lo sorprendente del caso no es el bajo número de gente voluntaria, lo que de verdad sorprende es que ninguno de los que allí curramos por solidaridad y de forma altruista somos "beneficiarios", ya que por suerte todos percibimos nuestros ingresos con regularidad, por ser pensionistas la mayoría, o por tener una nómina, caso, este último, aún más meritorio.

     Con esto quiero decir, que está muy bien que los jubilados, amas de casa y empleados que puedan, colaboren, pero que estaría mucho mejor que los beneficiarios de forma directa por estar en el paro y que puedan (seguro que alguno habrá), se acercaran por allí de cuando en vez para ayudar, que es de lo que se trata, de ser solidarios y que la solidaridad (nunca mejor dicho), siempre debe empezar por uno mismo y más si se les cubren, de forma gratuita, algunas de sus necesidades mas elementales como son la comida y el vestido. A pesar de todo esto, que me parece una tomadura de pelo, continuaré dentro de mis posibilidades, ayudando en todo lo que pueda al Banco de Alimentos, pues su labor en incuestionable y muy necesarea ya que no deben de pagar nunca justos por pecadores.

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