Ahora que Podemos a puesto de moda la palabra "casta", empezamos a darnos cuenta de lo acertado del término. La casta es un club de bandas con derecho de entrada reservado. La pasta, el linaje, el abolengo y la delincuencia de alto standing diferencian a estas bandas prosapias y seculares.
Levitan por encima de los trabajadores y succionan todo el beneficio sin darnos ningún tipo de armisticio. Ya no se cortan, ahora aparte de explotarnos nos faltan al respeto insultando nuestra inteligencia, cuando ponen en duda nuestros derechos a la sanidad, al trabajo bien remunerado y a la cultura como si fueran ellos los dueños, amos y señores del Estado. Solamente el 5% del dinero que el Estado ingresa procede de estas bandas de la casta, el resto más del 90% procede de lo que pagamos la gente corriente como usted y yo, ya que las grandes empresas y los ricos disponen de herramientas para el escaqueo (SICAV y demás subterfugios como paraísos fiscales, etc., etc.).
Estas casposas bandas tienen unos muy altos costes de mantenimiento, a lo largo de los siglos nos han costado mucha sangre, sudor y lágrimas, y a la historia me remito. Ya va siendo hora de liberarnos de estos zánganos inútiles que lastran y condicionan injustamente nuestras expectativas de futuro.
Hay que ver como les jode la definición, como entran al trapo ante la provocación, son tal listos como ingenuos, presumen de inteligentes y no son más que unos sinvergüenzas irreverentes.
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