PODER Y CORRUPCIÓN

   

     Todos, potencialmente todos somos corruptos, es algo intrínseco con el ser humano y cuando se nos presenta la oportunidad todos hincamos el diente. Por que será que siempre que desconfiamos siempre acertamos, y porque esto es así y no de otra manera hay que controlarnos a todos como posibles corruptos y corruptores, pero muy especialmente a quienes ostentan el poder, cualquier clase de poder, incluso el más pequeño de los poderes es capaz de engendrar la corrupción y una vez que esta prende se extiende como un cáncer por todo el tejido social con las consecuencias que ahora todos padecemos. Cuanto más alejado estés del poder menos oportunidad de corromperte tendrás, pero en cambio tu oportunidad de pagar las consecuencias mayor será. Los paganos de las prácticas corruptas siempre son los ciudadanos con menos responsabilidad, y paradojicamente los responsables de que la corrupción impere y los que practicándola se beneficiaron, se libran de castigo alguno y no devuelven lo robado.

      Todos los días nos llegan noticias sobre la implicación de políticos, miembros de la casa real, banqueros, empresarios y sindicalistas en actividades ilícitas, pero en la cárcel no hay más que un par de pringados (el Bárcenas y uno que fue presidente de la patronal) sin que hayan devuelto el fruto de sus fechorías ninguno de estos personajes de alta alcurnia y baja estofa moral.