Ellos, los prosistema, nos quieren mansos, no radicales, pero sus políticas no se andan con miramientos, pues de forma radical recortan salarios y derechos de las clases medias y trabajadoras. Si nuestros representantes políticos se enfrentan al expolio, los acusan de radicales, cuando la radicalidad la emplean ellos cuando hacen reformas extremas y arriesgadas que ponen en peligro el estado del bienestar, la educación pública, la sanidad y en definitiva las políticas de igualdad. En la lucha por recuperar derechos amputados de forma radical no hay termino medio o se es manso o radical, la mansedumbre siempre acaba creando servidumbre.
Los trabajadores no podemos ser tan mansos, tenemos que entender que venimos de una tremenda derrota. La mayoría absoluta del P.P. ha servido para desmantelar nuestros derechos, algunos heredados de nuestros padres y abuelos. La lucha de clases existe y la prueba está en las medidas tan radicales hechas y planificadas por la clase alta para enriquecerse aún más a cuenta de la clase trabajadora. La política ejercida por el P.P. ha recortado de forma radical todos y cada uno de nuestros derechos para hacer negocio con ellos, estos radicales disfrazados de liberales se están enriqueciendo a pasos agigantados, nunca tan pocos han ganado tanto en tan poco tiempo y de forma tan radical.
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