La traición se acaba pagando políticamente, pero el daño causado a los trabajadores y sus familias es infinito. Para volver a recuperar el grado de bienestar que no hace mucho tuvimos se necesitará cuando menos una década. La gravedad por la inoperancia, la dejadez y la incompetencia es de tal magnitud que extrapolando los hechos a la gestión de una empresa privada serían considerados delitos y traerían como consecuencia la cárcel para todos y cada uno de los gestores, no sin antes ser desposeídos de todos sus bienes mediante embargo judicial.
Pero nada de esto sucederá y los sinvergüenzas delincuentes metidos a políticos, banqueros y empresarios del mamoneo, que nos mintieron, nos robaron, nos expoliaron hasta causarnos un daño brutal, se van de rositas con la sonrisa en la boca gozando de prerrogativas que ellos hicieron legales pero que son inmorales. Hay que remover los cimientos y la estructura de todo el entramado montado por estos caraduras y vigilar que otros nuevos vengan a ocupar su lugar para volver a robar.
Que nos sirva de lección y aprendamos de una vez a elegir otra representación.
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