miércoles, 30 de abril de 2014

Todo es pedal pero no es igual IV: "LA CRIATURA"


     Parece mentira pero es verdad, si alguien me lo dice hace nueve meses mi incredulidad se haría patente. Si aprender a andar en bici para mí fue una pequeña azaña, ahora después de más de 2.000 kilómetros recorridos y siete kilos perdidos, con esfuerzo, algo de sufrimiento y mucha satisfacción he llegado a la conclusión de que esta es una grandísima afición y mejor terapia para un cuerpo en regresión.

     Después de este periodo de gestación (nunca mejor dicho), "la criatura" ha nacido y es para quedarse. Tengo sesenta años y no pienso dejar de pedalear jamás. Mi edad condiciona mi capacidad pero nunca condicionará mi voluntad. Mi ritmo es inferior a la mayoria, pero me da igual, el placer de sentirme volar y dejarme llevar hasta cortar el viento es lo que me da el aliento que alimenta mi tardía condición de ciclista en plena evolución. 

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