miércoles, 16 de abril de 2014

OJALÁ SUPIERAS EL MIEDO QUE GENERAS.


     Vivimos en una sociedad muy poco comprometida e insolidaria. Nos está azotando una crisis de una envergadura tal, que aquellos que más necesitan de nuestra solidaridad están pagando las consecuencias por algo de lo que no tienen la más mínima responsabilidad. Los verdaderos responsables no hacen nada, absolutamente nada, para ayudar a las víctimas inocentes y paliar de algún modo su sufrimiento.

      Los poderes públicos en manos de los representantes de los causantes de la crisis, se afanan en recortar gastos imprescindibles que sirven para amortiguar el hambre, el dolor y la desesperación de miles de personas que si sobreviven es con ayuda de organizaciones que se nutren en su mayor parte con ayudas  de particulares, miles de donantes anónimos pobres que ayudan a los muy pobres, los ricos no están ni se les espera y si alguno llega siempre lo hace tarde, mal y arrastrado por la vergüenza.

      Personajes famosos, que ganan cantidades obscenas y que ya no tienen nada que temer: como deportistas de élite, actores, cantantes y escritores de éxito; gente sobresaliente que ha emanado del pueblo llano, ahora sufriente; no dan la cara para contrarrestar la propaganda oficial, ni luchan por sus congéneres masacrados desaprovechando la oportunidad de contagiar integridad y divulgar conceptos de libertad, justicia e igualdad. Utilizan su imagen solamente con fines comerciales para enriquecerse aún más. Haya ellos con su conciencia pues la mayoría no tiene ni vergüenza. Se necesita la voz y el compromiso de los famosos y de todo aquel que su lugar prominente le permita alzar su voz para hacer visibles las injusticias y abusos que permanecen en el anonimato oscurecidos por el poder mediático (prensa, radio y televisión), en manos de un sistema deprimente hecho para joder a la gente. La letra de una simple canción puede despertar conciencias, Amaral, por ejemplo, en su última canción manda un mensaje subliminal a todo aquel responsable de la peste que nos rodea, "ojala supieras el miedo que generas".

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